El desmantelamiento de los servicios sociales en la ciudad trae cola. En el pasado pleno, la corporación municipal se vio obligada a aprobar una modificación de crédito para destinar, de manera urgente, una partida para el área social. Días antes, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, anunció que suprimiría las Unidades de Intervención Social (UNIS) de O Couto y As Lagoas, bajo la justificación de que “no tiene sentido” tal despliegue y que se optaría por agrupar el servicio en solo dos zonas: el Casco Viejo y A Ponte. El regidor cargó también contra los trabajadores sociales, asegurando que en Ourense es donde existe mayor número en relación con la población. La oposición criticó esta medida y ahora los colectivos también se rebelan. En concreto, la agrupación Miño -que integra a una veintena de asociaciones vecinales de la periferia de Ourense- ve “negativa” la supresión de las Unis de O Couto y As Lagoas.
“Consideramos prioritario manter e ampliar, nunca eliminar, os servizos municipais nos barrios; máis aínda no caso das Unis, que supoñen a porta de acceso á carteira de servizos sociais comunitarios básicos”, explican desde la agrupación. Ven un “prexuizo” esta medida ya que, por ejemplo, “unha veciña en situación de vulnerabilidade social de Rabo de Galo, Reza ou Vistahermosa que hoxe pode acudir ata a Praza do Couto para ser atendida na súa zona pola traballadora social terá que desprazarse ata o Casco Vello nun edificio centralizado, empeorando o acceso aos recursos de atención e intervención social”.
La agrupación Miño ve “inaceptable” que se supriman “servizos de proximidade” como son estas Unis.
