Reportaje

Velutina, una plaga sin fronteras

Avispa velutina.
photo_camera La avispa invasora se ha extendido por toda la geografía gallega sin descanso.
La reciente muerte de un hombre en Lugo por el ataque de un grupo de avispas tras golpear por accidente un nido devuelve a la actualidad a la velutina, un insecto invasor que actúa sin fronteras.

La velutina se ha convertido en la plaga a erradicar, sobre todo por su extraordinaria expansión a partir de los primeros huevos de una reina que de una veintena de crías multiplicará un nido que comenzó en forma oval para hacerse de tal tamaño, alcanzando la forma estándar de un globo de estos de celebraciones, con miles de avispones que luego se encargarán de la nutrición de las larvas aportando las proteínas necesarias, generalmente de los tórax de las abejas, su principal presa, mientras ellas se alimentan libando o mejor absorbiendo los fluidos de diversos frutos entre los que las uvas. 

Esta bíblica plaga de difícil erradicación al convertirse en principal carnicera de la abeja melífera, ha puesto y pone en peligro la supervivencia de las colmenas, las cuales, por otra parte, ya empiezan a desarrollar estrategias de defensa y ataque.

 La avispa velutina

 Así conocida por vespa velutina, avispón asiático, pariente próximo del avispón japonés, desconocida en Europa hasta que se dice venida en uno de esos mercantes del sudeste asiático, unos dicen que entradas por el puerto de Burdeos, han prosperado en esta meridional Europa. Adaptada especialmente a estas tierras se ha expandido de modo extraordinario porque luego de poner los primeros huevos, la reina se ve rodeada por las velutinas recién nacidas, que a modo de guardia de corps van a nutrir a los centenares de larvas salidas de esa puesta de huevos incesante, las cuales deberán ser alimentadas con la proteína de los tórax de los insectos predados. 

La avispa reina suele medir 3,5 centímetros. Presenta coloración negra con franjas horizontales negras en el abdomen, cuya última parte amarillenta, que se diferencia de su pariente el avispón europeo, de dominante amarillo en su abdomen.

La reina

A finales de octubre la reina ponedora abandona el nido y se recluirá en cualquier hueco en  el mismo suelo. Fundará otra colonia, algo que hará a partir de la primavera, que es el momento más delicado, por lo que debe exterminarse antes de que sus primeras crías vayan adelante, porque a partir de aquí la colonia crecerá imparable. La eliminación de las reinas tienen un punto clave, que es por este mes de octubre antes de que abandonen el nido e hibernen en cualquier oquedad.

Presas

Principalmente las abejas melíferas, aunque puede predar sobre otros insectos como arañas, moscas, avispas... A todos corta con sus potentes mandíbulas el abdomen, la cabeza y se lleva únicamente el tórax a su nido como alimento proteínico de las larvas, miles en cada nido, que puede alcanzar casi un metro de diámetro. 

Contra cualquier creencia, los avispones asiáticos no se alimentan de insectos si no que liban en frutos, como uvas sobre todo, como su pariente el avispón europeo (Vespa crabro), el cual no tiene como presas a las abejas, aunque sí, pero excepcionalmente. Las presas dependen también de si la velutina se establece en un medio urbano o campestre.

Predadores

Aunque podrían parecer inmunes por carecer de enemigos, la velutina tiene en el alcaudón, el halcón abejero, el pájaro carpintero y el abejaruco a las principales aves comedoras de avispas. Incluso los arrendajos se han aficionado a ellas. También se ha entrenado a cornejas para esta labor, e incluso el avispón europeo puede predarlas. Además, las abejas están desarrollando fantásticas tácticas defensivas… y el hombre eliminando nidos. Pero la plaga se multiplica y difícil será de erradicar.

Trampas

Los humanos ya hemos aprendido cómo cazar velutinas. Se pensó defender a las colmenas poniendo una rejilla solamente traspasable por las abejas, pero lo peor es que la abeja no puede permanecer en la colmena sin salir a libar, salvo en el invierno, produciéndose con ello una suerte de estrés que va a influir en una nula puesta de huevos por la reina. Las trampas más comunes son colocar líquido azucarado en el interior de una garrafa de plástico a donde entren por abertura de embudo y no puedan salir. 

Algunos las esperan a pie de colmena y con un ganapán las cazan y aplastan, pero es muy artesanal manera que se ve superada por el número. 

La cosa hoy pasa por neutralizar el nido y no dejar que ningún avispón salga, sobre todo la reina, que fundaría otra colonia. Para eso se ha creado un servicio de rápida respuesta para neutralizar los nidos y quemarlos. 

En cuanto a la citada trampa de la garrafa de plástico, no discrimina entre avispones y otros insectos de reconocida importancia polinizadora que van a sucumbir en la trampa, por lo que no se recomienda ésta, porque poner trampas supone también poner en peligro a otros predadores de la velutina… o incluso a las mismas abejas.

Expansión

 Por sus puestas milenarias, la reina multiplicará extraordinariamente el nido, que de un diámetro de 10 a 20 centímetros irá creciendo hasta llegar a más de 50. Instalado como está principalmente camuflado entre las ramas de los árboles, no es de fácil localización. Desde este nido, miles de velutinas estarán dispuestas para atacar a toda cuanta colmena se halle en los alrededores, sobre todo las de las abejas productoras de miel, las melíferas europeas.

Colmenas

La abeja melífera europea se encuentra indefensa contra los ataques a las colmenas, por la novedad de un enemigo al que sus soldados no han tenido tiempo de identificar para contrarrestar esos ataques. Así que una colmena atacada por las velutinas no tiene defensa, pero si entran, las abejas, ya más avisadas, la rodean y aletean en torno a ella para elevar la temperatura a más 40 grados produciendo la muerte del intruso, que no resiste esa temperatura. Sucedía que cuando muchos avispones atacaban, a veces la melífera se refugiaba en lo alto del panal, esperando, estresada su muerte o que la casualidad la salvase; otras veces, con el enemigo a la puerta de la colmena, el estrés producido acababa con la capacidad de producir miel de estos insectos y la inhibición de la reina para las puestas. La táctica de la velutina es esperar en la puerta de la colmena a que salgan las abejas para decapitarlas, desventrarlas y llevarse el tórax como proteína para sus larvas.

Tácticas defensivas

Últimamente, y por noticias recogidas de productores de miel, las abejas han aprendido y desde su anterior resignación o pasividad han pasado al ataque saliendo por decenas de la colmena e incordiando a las velutinas, a las que dan repetidas pasadas y aguijonazos en auténticos combates aéreos. Los soldados, ese regimiento de abejas preparadas para la defensa y ataque, han desarrollado estrategias para repeler estos asaltos, que  desde el 2012 o 2013 se vienen produciendo. Estas tácticas podrían ser la salvación de la melífera y algunos dicen que de la especie humana, porque se vería privada la flora de su principal polinizador y, por tanto, la vida de las plantas se vería gravemente afectada.

Peligrosidad

Varias son las personas que han fallecido por las aguijones del avispón asiático, una de las últimas víctimas, un hombre picado por varias velutinas en Viveiro, pero el peligro viene para las personas alérgicas a las picaduras del insecto, como advierten los responsables de Sanidad. 

Mientras el avispón europeo, si liba en una parra, podrías meter la mano para coger un racimo casi tocándolas sin que te picara, el asiático, si lo interfieres, se vuelve agresivo, como por experiencia cogiendo unas peras ya maduras y algunas picadas por los estorninos donde libaban a placer, me lanzarían algunos vuelos disuasorios y amenazantes. 

Te puede interesar