Incendios en Ourense | Otro verano jugando con fuego en Barrocás

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En este barrio, decenas de vecinos viven junto a un solar abandonado. La finca termina a dos metros de los domicilios y carece de franjas de protección. Los residentes ya sufrieron un incendio hace cuatro años pero la solución sigue en el aire.

Parte de los residentes de Barrocás están atemorizados. Aún recuerdan el incendio de hace cuatro años: “Las persianas se fueron a tomar por saco y el seguro no quiso saber nada. Cada vecino se vio obligado a pagar lo suyo”, explica Manolo Martín, presidente de la comunidad  de propietarios. Un antiguo portón de piedra separa el orden de la urbanización del estado caótico del descampado. Sienten que están en desigualdad ante la ley con respecto al dueño de esta finca: “Si el terreno fuera nuestro, se nos obligaría a desbrozarlo rápidamente”, asevera Martín. Teniendo en cuenta la dejadez mantenida en el tiempo, exigen al Concello que acometa de forma subsidiaria las tareas de limpieza, pasando después la factura a los responsables. El responsable de la comunidad cree que el dueño de las parcelas abandonadas “es Florentino”, por el presidente del Real Madrid. También sostiene que enviaron escritos al Concello hace ya más de un mes pero no recibieron contestación.  

Y, ante esta “selva”, aparecen las plagas: “Como dejes la puerta de casa abierta, entran ratas en el edificio”, añade Martín. Los residentes se preguntan si estos mamíferos son más numerosos que las culebras. Uno de ellos, José Antonio Remeseiro, recuerda que, hace unas semanas, “iba paseando con la perra y de repente me encontré una enorme en el camino. Silvaba. Era un buen ejemplar, de metro y medio. Me pareció bastante grande para esta zona. Hace tres meses me había topado con otra”. 

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Remeseiro tampoco olvida, como el resto de los vecinos, del incendio: “Llegó hasta las persianas, que se derretían con las cuerdas de la ropa. A estas alturas de agosto, esto ya tendría que estar cortado. Como arda, el fuego se propaga como un ‘misto’, no lo para nadie”, sostiene. 

Además, los vecinos califican como “muy malas” las posibilidades de acceso para el cuerpo de bomberos en caso de que se necesite su intervención. “Es que no hay acceso. Aquí como no saques mangueras y calderos… Lo mínimo sería que al menos abrieran una pista”, explica Remeseiro. Esta propuesta había estado sobre la mesa, pero todo quedó en “agua de castaños”, precisa Martín. 

Isabel Márquez, otra vecina, también recuerda aquel incendio y sus llamas, que llegaban hasta las escaleras de la piscina. Por lo tanto, reclama una recogida de firmas para que se limpie el solar antes de que sea demasiado tarde.

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