Veinte personas continúan recogiendo animales muertos en el río mientras el PH del agua se estabiliza

El vertido tóxico del Barbaña mató más de 17.000 peces

Los trabajadores recogen los peces muertos, a la altura del polideportivo de Os Remedios. (Foto: Miguel Ángel)
Cinco técnicos de la Consellería de Medio Rural y 17 trabajadores de la empresa Tragsa recogieron en el cauce del río Barbaña, a su paso por la ciudad, un total de 17.013 peces, muertos tras el vertido tóxico registrado el miércoles.
El río Barbaña estaba lleno de vida. Los técnicos de la Consellería de Medio Rural y los operarios de la empresa Tragsa recogieron tras el vertido tóxico, registrado sobre las seis de la tarde del pasado miércoles, un total de 17.013 peces muertos, de los que 13.000 eran bermejuelas, 3.100 gobios, 800 bogas y 80 espinosos. ‘Se recogieron ejemplares muertos de otras especies, como cangrejos americanos, pero en cantidades pequeñas, cuatro o cinco ejemplares’, afirmaron fuentes de la Confederación Hidrográfica.

Los trabajadores dieron ayer por finalizada la recogida de animales muertos a lo largo del río Barbaña, entre la depuradora de San Cibrao, en la que se originó el vertido, y el río Miño. ‘Un retén continúa en el cauce por si aparecen más, pero lo gordo de la recogida ha finalizado’, añadieron en el organismo de cuenca.

El agua del río está siendo constantemente analizada por un equipo técnico de la Confederación Hidrográfica. El vertido fue ‘muy ácido’ al arrastrar grandes cantidades de amonio, cloruro y metales pesados, lo que provocó que el PH del agua (7.4) bajara más de cuatro puntos. Las analíticas realizadas en los últimos días confirmaban que el PH estaba subiendo, el sábado era de 6.3 y el domingo 7.1. ‘El río ya está en los parámetros normales’, aseguraban en la Confederación Hidrográfica, recalcando que continúan analizando las muestras del vertido para localizar su origen.

Inspección en las empresas de San Cibrao y Pereiro


La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil abrió un expediente sancionador que finalizará con una multa que, de momento, aún no se sabe quién abonará. Los técnicos aseguran que el vertido se detectó a partir de la depuradora de San Cibrao, dado que el río, aguas arriba, no se vio afectado por la contaminación. Pero cómo llegaron el amonio y el cloruro a las instalaciones continúa siendo una incógnita. Su encargado, Enrique Iglesias, afirma que las instalaciones ‘funcionan correctamente’, y los técnicos de la Confederación Hidrográfica investigan si procede de alguna empresa de los polígonos empresariales de San Cibrao, Barreiros y Pereiro de Aguiar que pudiese haber trasladado hasta la depuradora algún tipo de residuo.

La Guardia Civil encargada de proteger a la naturaleza (Seprona), tras inspeccionar el río Barbaña en la tarde del miércoles, instruyó diligencias al juzgado de guardia. Los agentes continúan con la investigación y comenzaron a inspeccionar, una por una, las empresas de los citadas áreas industriales. La fiscalización consiste en revisar los productos que utilizan, canalizaciones, tanques y material almacenado. ‘Las pesquisas, de momento, no dieron resultado’, reconocieron fuentes del instituto armado.


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