Una pieza teatral que reúne humor, absurdidad, picardía, realismo mágico, sofisticación y agudeza política y dramática fue la que ayer pudo disfrutar el público ourensano en el Teatro Principal, a través de la representación de la obra 'Nuestra señora de las nubes', del grupo ecuatoriano Malayerba, dirigido por el dramaturgo argentino Arístides Vargas.
La obra narra los sucesivos encuentros entre Bruna y Oscar, dos exiliados que, en el transcurso de un tiempo impreciso, se ven en diferentes lugares y recuerdan episodios de sus vidas en su propio país de origen, llamado Nuestra Señora de las Nubes.
Tal y como explicó el director de la puesta en escena, y así sucedió ayer sobre las tablas del Principal, en la obra aparecieron personajes de distinta índole y realidad social, desde los que abusan del poder,hasta los ancianos memoriosos, los hermanos militantes, una esposa apasionada, seres ancestrales fundadores del pueblo, y seres marginados.
Enamorados y marginados del mismo país que los echó, los personajes Bruna y Óscar recrearon en el Principal su mundo olvidado de habitantes a través de la poesía, de las canciones y de la fantasía.
En la obra, no se habló sólo sobre los evidentes problemas que traen consigo el exilio, se habló de las personas que están fuera de sí, de las que por desgracia el único equipaje que llevan son sus recuerdos y una buena dosis de imaginación para inventar ese pasado que se ha alejado.
Pero la historia fue más allá, en la pupila de los ourensanos se dejó filtrar ese ímpetu revolucionario de la juventud que lucha contra el imperio de los opresores que pretenden aplastar al que se rebela, sin olvidar la sombra de las dictaduras, la censura, la tiranía y el desorden.
También ayer, como parte del Festival Internacional de Teatro de Ourense (Fito) la compañía gallega Teatro do Morcego, de Narón, representó en el Auditorio, su obra 'A nona', una comedia delirante de Roberto Cossa.
La obra cuenta la historia de una familia argentina, de origen italiana, en la que la abuela (la nona) come sin parar, mientras la familia camina hacia la ruina, procurando los más diversos caminos para ganar dinero, desde la prostitución a la mendicidad. En un momento de desesperación la familia intenta a asesinar a la nona, pero son ellos mismos los que van falleciendo poco a poco.
Tal y como explicó el director de la puesta en escena, y así sucedió ayer sobre las tablas del Principal, en la obra aparecieron personajes de distinta índole y realidad social, desde los que abusan del poder,hasta los ancianos memoriosos, los hermanos militantes, una esposa apasionada, seres ancestrales fundadores del pueblo, y seres marginados.
Enamorados y marginados del mismo país que los echó, los personajes Bruna y Óscar recrearon en el Principal su mundo olvidado de habitantes a través de la poesía, de las canciones y de la fantasía.
En la obra, no se habló sólo sobre los evidentes problemas que traen consigo el exilio, se habló de las personas que están fuera de sí, de las que por desgracia el único equipaje que llevan son sus recuerdos y una buena dosis de imaginación para inventar ese pasado que se ha alejado.
Pero la historia fue más allá, en la pupila de los ourensanos se dejó filtrar ese ímpetu revolucionario de la juventud que lucha contra el imperio de los opresores que pretenden aplastar al que se rebela, sin olvidar la sombra de las dictaduras, la censura, la tiranía y el desorden.
También ayer, como parte del Festival Internacional de Teatro de Ourense (Fito) la compañía gallega Teatro do Morcego, de Narón, representó en el Auditorio, su obra 'A nona', una comedia delirante de Roberto Cossa.
La obra cuenta la historia de una familia argentina, de origen italiana, en la que la abuela (la nona) come sin parar, mientras la familia camina hacia la ruina, procurando los más diversos caminos para ganar dinero, desde la prostitución a la mendicidad. En un momento de desesperación la familia intenta a asesinar a la nona, pero son ellos mismos los que van falleciendo poco a poco.
