Tras 15 días interrumpido en mayo, el tráfico ferroviario entre Ourense y Zamora volverá a ser suspendido por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) entre el 5 y el 28 de noviembre, más de tres semanas en las que el organismo dependiente del Ministerio de Fomento busca acometer actuaciones imprescindibles entre Ourense y Taboadela en la construcción de la línea que no son compatibles con el tráfico de trenes que eviten que los plazos previstos sigan dilatándose, como ha reconocido recientemente el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, apuntando que el AVE no estaría operativo hasta 2021.
Este escenario tendrá, sin embargo, importantes daños colaterales para los usuarios de los trenes Alvia que en la actualidad hacen el recorrido entre Ourense y Madrid en el entorno de las cuatro horas y media, ya que la duración de los viajes durante el corte de la línea se alargará más de una hora en gran parte de los 276 trenes en ambos sentidos que se verán afectados por la interrupción del tráfico ferroviario, programando Renfe trasbordos en autobús entre las estaciones de Ourense y Zamora.
Los objetivos de Adif son la sustitución del enclavamiento eléctrico de Taboadela por uno electrónico, la instalación de nuevos elementos de señalización, la implementaciónm del Bloqueo Automático en Vía Única, la renovación de parte de la vía, el montaje de nuevos desvíos, el rebaje de la plataforma en varios tramos, el refuerzo del tablero del viaducto sobre el Miño o la colocación de una manta antivibraciones en los túneles.
Otro de los efectos de las obras del AVE se ve ya desde hace unos días en el entorno de la estación de San Francisco, ya que en la rúa Serra Martiñá se ha instalado una valla metálica, con un importante impacto visual, por encima del muro de piedra. El objetivo es una mayor seguridad en la zona.
