“La vida aquí es muy dura, sobre todo para las familias"

Las maquinaria y la tecnología resuelven los grandes retos de las gigantescas infraestructuras, como es el caso, pero por si solas no son nada. Es el esfuerzo humano el que afronta las dificultades y la técnica el instrumento para llevarlas a cabo. Tres personas que trabajan para Copasa en Arabia Saudí saben de lo que hablamos. Vicente Crespo Balado (38 años) es ingeniero técnico forestal y es natural de O Carballiño; Marcos Álvarez Veloso (31 años) es ingeniero de Caminos y es de Castrelo de Miño. Al frente, como director de Proyecto, está Jaime Díaz Sancho (42 años), de Ciudad Real, también ingeniero de caminos.

Como el resto, Jaime Díaz Sancho ha sufrido un proceso de aclimatación a la zona, con temperaturas por encima de los 40 grados, pero también desde el punto de vista cultural. Afirma que las costumbres del pueblo árabe están en las antípodas de nuestro carácter latino "y lo que más choca es su hermetismo al resto de costumbres de otras culturas". Le sorprende que "las mujeres no puedan conducir, que no exista ocio como el que tenemos en España o el hecho de que ni siquiera puedas tomarte una cerveza hace que la vida aquí sea muy dura y difícil".

Jaime Díaz llegó a Arabia Saudí en noviembre del 2012 y anteriormente a la adjudicación del contrato había hecho algunos viajes a la zona pero de forma discontinua. En principio decidió marcharse solo, pero desde septiembre del año pasado están con él su esposa, su hija de once años y un hijo de trece. Viven en Jeddah, cerca de las oficinas centrales donde trabaja él. Reconoce que "la única distracción" que existe en la zona "son los centros comerciales a los que podemos ir, si logramos superar los problemas de desplazamiento".



Un reto extraordinario

Aun con privaciones, el balance que hace el responsable de proyecto es bueno porque "el reto es extraordinario" y profesionalmente se ha podido implicar en un proyecto ambicioso "a pesar de las muchas dificultades diarias a sortear".

El carballiñés Vicente Crespo Balado lleva un año en Arabia, siempre había trabajado en España y se ha desplazado solo. "La mayor parte del tiempo lo pasas trabajando y no tienes tiempo de pensar en nada más y lo aprovechas al máximo". Como el resto del contingente que se ha marchado a las obras del AVE del desierto ha notado el choque cultural, aunque dice haberse "acostumbrado rápido".

Pero el choque no solo es cultural, o climático ya que las formas de trabajar en una empresa occidental distan mucho de los ritmos que se siguen en los países árabes, con una mano de obra a la que hay que tratar con mucha mano izquierda para conseguir los objetivos. Vicente Crespo reconoce que "son muchas las dificultades a las que a diario tenemos que enfrentarnos en un país con una forma diferente de entender el trabajo, que requiere un gran esfuerzo para la consecución de un objetivo, pero esto es lo que lo hace más gratificante".

Marcos Álvarez Veloso hace año y medio que hizo las maletas para ocupar en la obra del AVE saudí el puesto de director de la fábrica de traviesas prefabricadas. Califica la experiencia como "única", aunque personalmente "siempre es duro estar alejado de la familia, la pareja, los amigos, pero también es una experiencia enriquecedora, sin duda". Igual que sus compañeros ha superado una primera fase de choque cultural para acabar adaptándose: "La gente es agradable, aunque lo que más se echa de menos son las opciones de ocio y distracción que tenemos en España", reconoce.



CAMPAMENTO

El campamento de Copasa está situado a unos 100 kilómetros al sur de Medina, la ciudad más próxima, y allí se aloja el personal que trabaja en la base, en las instalaciones en las que se hacen las traviesas, canaletas o el taller de soldadura.

También están los empleados que se encargan del montaje de la vía principal del tren de alta velocidad entre los kilómetros 270 y 449. El campamento está en funcionamiento desde enero de este año y en la zona de expatriados hay 80 personas y la llamada zona de Manpower hay capacidad para 200 personas más.