Nueva vuelta de tuerca a la inestabilidad política en el Concello de Ourense. El líder del PSOE en la ciudad, Rafael Villarino, que ha estado los últimos meses sometido al veto por parte del PP para establecer una moción de censura a Gonzalo Pérez Jácome, decidió este lunes apartarse para agotar las "excusas" de los populares y obligarlos a mojarse. O mantienen a Jácome o ceden paso a algún edil socialista. Les da de plazo hasta este sábado para prestar una firma que articule la moción de censura y permita desalojar al microgobierno. Después, la ejecutiva del PSdeG elegiría a otro concejal como candidato, que según las fuentes consultadas, sería José Rúas, de máxima confianza del portavoz municipal.
El líder de los socialistas ourensanos decidió responder así al órdago del PP, que llevaba meses poniendo como única condición que Villarino estuviera fuera de la ecuación que permitiría enterrar el gobierno Jácome (acuerdo PSOE-PP). "En cinco minutos se resolvería", llegaron a decir los populares el pasado noviembre sobre una moción de censura en la que Villarino se desmarcase. Sin embargo, esta "decisión persoal" que toma ahora el socialista, que ganó las elecciones pero no pudo formar gobierno por el acuerdo PP-DO, llega tarde, a juicio de los populares.
Meses de retraso
El presidente provincial del PP, Manuel Baltar, señaló que esas condiciones –poner como candidato a cualquier concejal del PSOE que no fuese Villarino– eran válidas "hai máis de catro meses", pero desde entonces el socialista ha seguido "dando exemplos da peor política". Entre ellos, el veto a que los ediles del PP en el Concello volviesen a tener retribuciones o el intento de moción de censura en la Diputación. Esto, según los populares, configura "outro escenario".
La verdad es que ni desde el PSOE confían en que el PP vaya a mover ficha, ni desde el lado popular se creen a Villarino. Pero lo cierto es que la decisión tomada por los socialistas agita el tablero político y provoca que el grupo popular ya no pueda hacer valer el veto al número uno del PSOE, que venía manteniendo hasta ahora. En todo caso, Baltar dejaba ayer claro que el PP está "máis cerca de dar gobernabilidade ao Concello" y que estudiarán la nueva situación, siempre recordando que "a palabra de Villarino non vale nada" y que a su decisión de apartarse le otorgan "fiabilidade cero".
Y eso que el líder del PSOE envió un burofax a primera hora a la sede provincial del PP para dar cuenta de la decisión y convocó a los medios para hacerlo público.
Según Villarino, el pasado 7 de abril ya había deslizado la posibilidad de echarse a un lado al coordinador popular, Jesús Vázquez, si eso desbloqueaba el veto del PP. "Pero 12 días despois non recibín resposta", dijo, por lo que optó por dar un paso más, ya en público. Sin embargo, Baltar dijo ayer desconocer que Villarino hubiese trasladado tal propuesta semanas atrás.
El líder socialista confesó que tomó la decisión de apartarse, aunque no la considere justa al ser el más votado, para "salvar a cidade", porque "eu non quero servir de pretexto para que siga así". El también secretario provincial se preguntó "que máis temos que facer" para facilitar una moción de censura, recordando, eso sí, que "eu non teño que pedir perdón por gañar as eleccións".
Por su parte, el secretario de organización del PSOE de Ourense, Juan Carlos Francisco, alabó la "altura de miras" de Villarino, al "antepoñer a cidade" por encima de intereses personales y señaló al PP: "Xa non teñen escusas".
Caballero y la "proba de fogo"
En la misma línea se mostró el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, que emplazó al líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, a comparecer y aclarar si está ahora dispuesto a sacar a la ciudad "do inferno" en que la metió al apoyar a Jácome, tras el "xesto" de Villarino. Caballero ensalzó la "xenerosidade" del líder en Ourense y señaló que esto será la "proba de fogo" para el PP: "Ou son cómplices, soporte e gasolina para o caos e esperpento de Jácome ou queren un cambio".
