Las visitas guiadas en Ourense, aún bajo mínimos por las restricciones

Reclaman al comité clínico que amplíe el máximo de ocho personas, cuatro en el interior de museos

El 17 de marzo, que se permitieran de nuevo las visitas turísticas supuso una alegría para los guías. Ahora, dos meses después, que continúen vigentes las mismas restricciones (imponiéndose un máximo de ocho personas más el monitor en espacios al aire libre y de cuatro en monumentos y museos), mientras se suavizan las limitaciones para el resto de ámbitos del sector del ocio, crispa al colectivo, así que se han organizado desde sus asociaciones pera pedir al comité clínico que tenga en cuenta su situación.

Rosa Dorado, guía oficial, explica que “un grupo de 50 personas llega a Ourense en un solo autobús, pero al bajarse hay que dividirlas entre una decena de guías. Aunque las agencias empiezan ya a organizar viajes, trabajar así es inviable, así que no se recurre a nosotros. Es como si te obligan a contratar cinco pintores para pintar tu casa”. 

En estas condiciones, a los monitores les cuesta sumar un par de vistas guiadas a la semana, “y el 95% nos dedicamos a tiempo completo a esto”, recalca. Otra de sus grandes preocupaciones es qué será de ellos en temporada baja: “Durante los meses de invierno vivimos de lo facturado en los anteriores”, concluye Dorado.

Ana Otero, también guía oficial, añade un problema específico de la ciudad: “Una empresa portuguesa quería organizar un viaje a Ourense y al descubrir que las termas estaban sin agua decidieron cancelarlo. La riqueza termal es única, pero no sirve de nada que yo la explique si están cerradas desde hace un año”. 

Añade Otero que los políticos no se dan cuenta de que el guía turístico es el principal promotor de una ciudad, quien logra que los visitantes se enamoren de ellas. Si no, solo ven piedras. Pero hemos cumplido durante 14 meses y ahora no se acuerda nadie de nosotros”.

Pepe Mosquera, delegado en Ourense de la Asociación de Guías de Turismo de Galicia, tampoco ve comprensible esta situación “mientras que en otros sectores no hay ningún problema en mantener grupos grandes de personas. No queremos correr, ni echar por tierra todo el trabajo que se ha hecho para controlar la pandemia, pero es inviable trabajar así. Hemos solicitado que se permitan, al menos, grupos de 15”. 

Al ponerse en contacto con la Xunta, celebran haber escuchado “buenas palabras” al exponer sus reclamaciones, y ahora aguardan por “algo más”. 

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