Los voluntarios resucitan la historia oculta de Esgos

El equipo de voluntarios y monitores posan en el jardín del albergue de Vilar.
photo_camera El equipo de voluntarios y monitores posan en el jardín del albergue de Vilar.

Hoy llega a su último día del Campo de Voluntariado de Esgos que organizan la Xunta a través de la empresa Vida Láctea. Con esta iniciativa se pretende catalogar y conservar el patrimonio material e inmaterial de la villa mediante herramientas digitales: desde la tradición oral en forma de leyendas, pasando por al recuperación de caminos, hasta elementos esculturales y monumentales como fuentes, cruceiros y petos de ánimas. 

Este año el trabajo de los diferentes subgrupos supone una continuación del trabajo realizado en años anteriores. Como novedad, en esta edición se están reuniendo fotos para crear una exposición virtual de fotos antiguas, facilitadas por los propios habitantes de Esgos.

En esta edición de 2022 participan en estas labores etnográficas tres monitores y 12 voluntarios. Divididos en diferentes subgrupos, cada uno aprovecha sus capacidades para aportar su granito de arena a la causa, con actividades de ocio repartidas en los 12 días que dura el voluntariado.

La directora del proyecto, Giovanna Seijo, señala que existe un trabajo añadido al proyecto, orientado a poner en valor a la mujer del rural, que históricamente tuvo un papel importante en familias de agricultores y ganaderos, ya que solía encargarse de los cuidados de la casa y de los niños.

Una de las voluntarias, Elena Romero, destaca que en Esgos las mujeres apenas tenían tiempo libre, si acaso algunos momentos para hablar entre ellas en el lavadero y durante las labores colectivas o las fiestas.

En el equipo de monitores, Ami Faye conoce de primera mano el progreso del proyecto desde el año pasado, cuando, actuando como voluntaria, descubrió posibles indicios de la presencia de judíos en la villa: “Unha veciña amosounos unhas marcas de cruz nalgunhas portas, símbolos que poderían indicar que nesas casas viviran xudeus conversos”.

Los participantes también han concluido que, en tiempos más recientes, Esgos se convirtió en un pueblo de emigrantes que fueron a buscarse la vida, sobre todo, a Suiza y México, y en menor medida a Francia y a Alemania.

Otra voluntaria, Susana Sarmiento, pone énfasis en la importancia que tuvo conversar con los habitantes para conocer con sus testimonios las raíces del pueblo: “La gente es muy abierta e incluso te deja entrar en sus casas”.

A partir de estos encuentros han producido un podcast en el que trasladan las declaraciones de los entrevistados sobre las tradiciones, los hitos históricos y los cambios que vivieron en el pueblo.

Además del acondicionamiento, la limpieza y registro online de las rutas locales, los voluntarios tienen objetivos de la Agenda 2030: conocer los modos de vida y las formas de trabajo del rural para aplicarlas a tareas de producción más sostenibles en zonas urbanas.

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