"Una situación realmente incómoda". Esa es la sensación que trasmitió ayer la Xunta sobre la situación que vive la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), incapaz de mantener una estructura estable en su dirección. El último presidente, José Manuel Díaz Barreiros, duró en el cargo apenas 48 horas. El conselleiro de Economía, Francisco Conde, reconoció que el caso era preocupante, "sobre todo en un momento como el que estamos viviendo".
En declaraciones a La Región, Conde se refirió a la crisis de la CEG para invocar una solución ya que "necesitamos una entidad fuerte para que identifique medidas a aplicar en estos tiempos y que identifique oportunidades en estos momentos en los que nos centramos en el reparto de los fondos europeos".
El conselleiro apeló a la "altura de miras" para superar el enfrentamiento que sufre la entidad y "encontrar una solución para que tenga un presidente al que se le permita trabajar". A cambio, "tendrá todo el compromiso" de la consellería si logra reconducir la situación: "Tendemos la mano, pero estamos en un momento muy duro que requiere medidas excepcionales, la CEG es determinante para los fondos europeos y para mantener el diálogo social".
Las reclamaciones
Tras la dimisión de José Manuel Díaz Barreiros ayer mismo Enrique M. Mallón (de la patronal del metal Asime), José Antonio Vázquez Freire (de la patronal de centros especiales de empleo Cegasal) y Antonio Dieter Moure (de la patronal de Centros de Ensino Privado de Galicia) enviaron un comunicado en el que aludían a una posición anterior en la que exigían conocer el proceso de elección de Barreiros, proclamado por aclamación. Los tres dijeron ayer no conocer "las razones reales" de la dimisión de éste. Creen que ese modo de elección "es jurídica y legalmente imposible dado que 47 vocales de la asamblea ya habían votado telemáticamente desde el viernes anterior, optando, por las manifestaciones de algunos de nosotros, por distintas opciones que iban desde el voto a favor de alguno de los candidatos hasta el voto en blanco, que implicaba el voto contrario a ambos candidatos".
Díaz Barreiros había acordado con el otro candidato, Pedro Rey Vera, la retirada de la candidatura de este, pero el proceso electoral estaba ya en curso. Pero, además los tres firmantes aluden a que "ha llegado el momento en el que representantes empresariales que llevan demasiado tiempo manipulando se retiren definitivamente de la vida pública y de la asociativa para intentar erradicar con ello actuaciones absolutamente deplorables y dar paso a savia nueva".
Otro presidente
Uno de los firmantes, el empresario ourensano Antonio Dieter Moure, fue elegido ya presidente de la CEG en 2016, pero dimitió nueve meses después. Ayer mismo indicó estar "entre la conmoción y la sorpresa ante el nuevo escenario que se abre en la CEG". Insiste en que "nadie había puesto en duda" la legitimidad de Barreiros como presidente, "solo se había pedido la publicación del escrutinio de los votos emitidos por on-line". Eso sí, reconoce que "estos movimientos no dejan en buen lugar a la CEG. Aboga porque concluya "este circo" y espera que aparezca "un candidato de consenso" para presidir la patronal gallega.
