Lucio Ballesteros tiene 89 años y una nave espacial en su casa, construida por él mismo, con la que pretende llegar al planeta 10/7. Las ideas de este burgalés que recaló hace décadas en la pequeña aldea de Montoedo (A Teixeira) se plasman en sus cuatro libros autoeditados. Del último, “Una regresión hacia el saber”, va publicando pinceladas diarias en Facebook, donde conecta con la actual crisis. Fue combatiente en la guerra de Argelia, legionario y técnico de radiofrecuencias en Radio Televisión Española (RTVE). Menciona los conflictos bélicos casi en cada respuesta, como si le hubieran forjado esa personalidad por la que algunos le llaman loco. Dice que no le importa. El planeta 10/7 es un sueño. El suyo.
“Imprevistos del futuro", llama a esta situación.
Sí. Hablo de ello en mis libros, ya en el siglo pasado. Las guerras del futuro. Imprevistos del futuro significa que en nuestro mundo no es solamente nuestro. Una regresión hacia el saber es a lo que hemos llegado. La democracia es un arma blanca de doble filo que podría adelantarse al apocalipsis. Estamos improvisando. Tengo una tonelada de frases que definen nuestro actual momento.Se precisa leer en mis libros, pero son fuentes herméticas.
Dice que su mundo no es para gente “de lo común". ¿Cuánto poder tiene la imaginación?
Para llegar a esta imaginación, hay que tener una evolución psíquica, física y espiritual.
¿Qué opina de que le llamen loco?
Nunca me afectó. Entramos en el escepticismo, que es el patrimonio de las gentes que no leen ni se han preocupado ni entienden nada. Si estoy majara, no lo sé.
“El amor mueve las cosas más pesadas de este mundo", una de sus frases. El amor todos lo entienden, ¿no?
Tengo más de 100 frases improvisadas, esa la pongo en primer plano. El amor es el mayor privilegio de los humanos, es lo que nos diferencia de todo.
¿El amor es más potente que el conocimiento, que su mundo?
El amor es lo más transcendental de nuestra estancia en este mundo. No he escuchado nunca a ningún sabio una respuesta concreta sobre el amor. Siempre queda esa cola porque en cada uno de nosotros se manifiesta distinto.
Saliendo de esta línea, ¿qué tal va su nave espacial?
Lo tengo medio paralizado con este imprevisto del momento. Me dedico a no debilitarme porque el virus ese en cualquier momento puede atacar y procuro pensar en mi mismo. Pero no me pilla de imprevisto porque he estado cinco años en Argelia. Estoy formado al fuego, que se dice en forma militar. De forma diferente. Pienso diferente, uno es lo que son sus pensamientos.
¿En qué piensa ahora?
En que para qué queremos ahorrar dinero si luego te pilla de sorpresa un virus y te lleva al otro mundo. Lo primero somos nosotros.
El planeta 10/7 es su sueño. ¿Hasta qué punto cree que puede hacerse realidad?
A ese planeta se podía llegar, sé que está dentro de nuestra galaxia. Lo evidencié todo hace 40 años. Eran experiencias que hacía sin pérdida de conciencia, de forma responsable. Tengo una cantidad de inventos, que van a surgir en el futuro, aunque te parezca presuntuoso.
Y usted, ¿alguna vez pensó que está majara?
No. Y no me preocupa. Eso es como el coronavirus, no puedo luchar contra él. Es la mentalidad. Siempre ha habido ignorantes. Hay un montón de cosas que no me preocupan.n
