1. Llena la despensa con hortalizas, frutas y alimentos con buena calidad de aceites y grasas (pescados azules, nueces, aceite de oliva...).
2. Que no falte en tu mesa fruta de color naranja.
3. Prepara desayunos apetitosos con melones, pomelos, naranjas, melocotones, albaricoques y paraguayos.
4. Enriquece las ensaladas con perejil fresco.
5. Sustituye la patata por calabaza y zanahoria en purés, cremas de verduras, caldos y sopas.
6. Acompaña huevos, carnes y pescados con pimientos, tomates, coles o acelgas.
7. Añade media taza de tomate fresco a los platos favoritos de pasta.
8. Rediseña recetas tradicionales para obtener versiones más vegetales.
9. Agrega espinacas y brócoli a lasañas, empanadas y tortillas.
10. Toma suficiente agua y líquidos para hidratarte.