Aunque la globalización y los avances científicos permiten llenar nuestra nevera de frutas y hortalizas frescas y de diversos orígenes durante todo el año, es recomendable guiarse por los cambios de estación y adaptar nuestro consumo según dicte la temporada. Así aprovechamos su potencial nutritivo, mejor sabor, color y aroma. Y más baratos, al existir mayor oferta en el mercado.
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