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Café torrefacto y diabetes

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La cantidad de azúcares contenidos en los granos de café torrefacto no tiene porqué ser perjudicial en la diabetes si hay control de los hidratos de carbono y pautas de alimentación saludable.

Aunque el café torrefacto incluye azúcar como materia prima en su proceso de elaboración, la cantidad trasladada a una taza de café consumido puede estar dentro de los límites, ahora bien si el objetivo es limitar al máximo los carbohidratos añadidos, la mejor opción incluye el café natural.

La estrategia de prevención y control de la glucemia en la alteración diabética, respecto al consumo de alimentos y bebidas, y por ende del café, debe enfocarse más bien en moderar la cantidad de tazas, y no exceder el empleo de azúcar para su endulzado. 

En la diabetes es necesario conocer cómo los alimentos afectan los niveles de glucosa en la sangre. Por esta razón, es importante recordar que la táctica no sólo se centra en el tipo de comida que se come y se bebe, sino también cuánto se come y las combinaciones de grupos de alimentos. 

El café es uno de los productos más comercializados del mundo y una de las tres bebidas más consumidas junto con el agua y el té.  En países como España, Portugal y Paraguay es frecuente el consumo de café torrefacto, que quiere decir, quemado en presencia de azúcar. En este tipo de café, la operación de tostado se realiza incorporando una fracción de azúcar (de un 10 a un 15%) a los granos de café. Este proceso de denomina torrefacción y confiere a la semilla un caramelizado que intensifica su sabor. En comparación con otras formas de procesado de los granos del café, este tostado aporta una cuantía de hidratos de carbono al producto final.  

Por otro lado está el café natural, que no incluye más ingredientes que los granos de café recolectados y tostados. Es una versión que aporta igualmente polifenoles y sustancias antoxidantes, útiles para la salud, pero se trata de granos desprovistos totalmente de sacarosa. Este producto tiene más aroma, resulta más suave y también es menos amargo que el tueste del café torrefacto. La preparación de café natural podría ser una buena opción para las personas que deseen limitar al máximo la ingesta de glucosa. 

Por último encontramos el café mezcla, que como su nombre indica, combina granos naturales con otras semillas torrefactas. 

Es importante tener en cuenta que no sólo el tipo de café puede sumar azúcar, las distintas formas de degustarlo acompañado de ingredientes diversos (con leche, mezclado con crema o nata, con leche condensada, con chocolate, con licores, entre otros) también aporta glucosa. 

En la condición diabética, además de azúcar del torrefacto, hay que considerar otros componentes del café como la cafeína y su impacto sobre la acción de la insulina que podría estar asociado con niveles de glucemia más elevados o más bajos (muchos mecanismos están aún sin confirmar). En este punto la evidencia científica actual sugiere que el consumo de cafeína en diabéticos, aumenta los niveles de glucosa en sangre y prolonga el período de niveles altos de glucosa en ella. En este sentido, personalizar el consumo de café sería lo más coherente, considerando que la cafeína afecta de manera diferente a las personas.

Una infusión de tueste claro (natural) y endulzada con edulcorantes, resulta apta para el consumo por grupos poblacionales especiales como los diabéticos, no obstante, el consejo dietético reclamará prestar mayor atención a los tipos de hidratos de carbono que se elijan, planificar comidas con una buena mezcla de almidones, frutas y verduras, proteínas y grasas, e insistiendo en que algunos azúcares contenidos en frutas, verduras y cereales integrales (altos en fibra), son mejores para el control de la glucemia que otros (caramelizados, jaleas, dulces..).

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