La fruta deshidratada es una buena forma de tomar fruta para disfrutar de sus sabor y de una conservación más duradera.
Es importante tener en cuenta varios matices. Por una parte hay que elegir fruta deshidratada de calidad, revisando ingredientes para evitar las que lleven azúcares añadidos u otros extras.
También hay que tener en cuenta la cantidad, al estar deshidratada sacia menos y los nutrientes, entre ellos el azúcar, están concentrados y se puede caer en comer mucha cantidad por lo que sería recomendable tomar la ración que tomaríamos en fresco.