Vida OurenSana

Consejo | Jabón potásico y el huerto

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Uno de los problemas que conlleva tener huerta es la aparición de plagas, enfermedades y ataques indiscriminados. Uno planta con todo su buen corazón una serie de hortalizas, verduras, frutales o floripondios varios, y de repente te atacan por todos los flancos como si de juego de tronos se tratara. Que si el mildiu, el oídio, los caracoles, las babosas, la mosca blanca, los pulgones, las cochinillas, un sinfín de ácaros… por no hablar del rey de la noche y sus secuaces en forma de jabalís y tejones. Para el rey de la noche nada como tener un muro de hielo, la guardia con John Snow de comandante o una espada de acero valyrio. Dejando las bromas y los símiles de la serie de dragones a un lado, el penúltimo (es una guerra que nunca acabará) enemigo al que me tengo que enfrentar, es el pulgón.

Son también conocidos como áfidos, y dañan una gran cantidad de plantas a las que hospedan al succionar los jugos de las hojas y tallos, principalmente los tiernos, causando decoloraciones, deformaciones, mal crecimiento y producción, etc.

Los hay de varios colores (amarillo, negro, rojo…) y tanto alados como sin alas. Son transmisores de enfermedades si invaden plantas sanas después de haber atacado a plantas enfermas, y los muy listos, secretan una sustancia oleosa que atrae con locura a otros insectos como las hormigas, que en su afán de recoger tan preciada gota protegen con pinzas y patas de los posibles depredadores que los pulgones puedan tener.

Los tengo visto en muchas plantas como fresas, tomates, pepinos o habas, pero también en los frutales, los rosales y algunos árboles como los chopos o los del grupo de las coníferas, como los pinos, los abetos y los cedros.

Pues bien, para poder eliminar dicho huésped de la flora de mi huerta, investigué cuál era la forma más ecológica de fulminarlo, y todo me llevó al jabón potásico. Siempre habrá formas aún más naturales, como la plantación próxima a las plantas débiles de ortigas, madreselva o lupino; añadir el purín de ortigas del que hemos hablado anteriormente en Ourensanos, y utilizar armas biológicas como las mariquitas, crisopas o avispas (algo que nos haría volver al mundo de George R.R. Martin y sus épicas batallas).

¿Qué es el jabón potásico? Este producto nace de la combinación de grasas de origen vegetal mezcladas con un alcalí (producto con pH muy alto) para conseguir solubilizarlo. Al hablar de grasas podemos nombrar la de oliva, girasol, coco o sésamo. Como este tipo de grasas son extremadamente untuosas y pegajosas, al mezclarlo con una sustancia solubilizante, como es el hidróxido de potasio, obtenemos un producto final líquido para la aplicación foliar. Esta reacción de mezcla se conoce como saponificación.

La curiosidad está en que cualquier tipo de jabón tiene la capacidad de limpiar cualquier tipo de grasa cuando se encuentra en presencia de agua, debido a la peculiar estructura de sus moléculas. Estas, por un lado, tienen una parte liposoluble y por otra una parte hidrosoluble. La parte liposoluble hace que el jabón se mezcle con la grasa, disolviéndola, y el componente hidrosoluble hace que el jabón se disuelva a su vez en el agua.

Por tanto, el  jabón potásico es un compuesto muy interesante para lavar superficies manchadas, como las hojas de una planta cuando hay producción de melaza y azúcares por la presencia de insectos chupadores. Esto es a nivel lavativa de la planta, pero si deseamos tratar una plaga, aumentando la concentración de jabón potásico por litro de agua, tiene un efecto de disolución de la estructura de los insectos de cuerpo blando, acabando y eliminando por completo plagas difíciles como la del pulgón, la mosca blanca, la araña roja o las cochinillas.

No hay ningún insecticida ecológico que sea mejor que el jabón potásico.

BENEFICIOS Y CONSEJOS

  • Limpia las hojas de la grasa de los áfidos y los elimina junto con otras plagas como las de la mosca blanca, la araña roja o las cochinillas.
  • Tiene un pequeño efecto fungicida, limpiando las esporas de los hongos que pudieran estar esperando mejores condiciones para proliferar
  • Es totalmente biodegradable. Siempre que sea jabón potásico de origen vegetal, al volver a la tierra por efecto de la lluvia o regadío, se convierte en potasio, el cual es un gran nutriente para nuestras plantas
  • Lo debemos utilizar en una disolución del 1% al 2% (de 10 gramos a 20 gramos por litro de agua), y lo podemos utilizar cada 5-7 días.
  • Lo podemos encontrar en superficies destinada a la venta de fitosanitarios, supermercados (a la venta para su uso en limpieza de tejidos), o lo podemos crear nosotros mismos.

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