Consejo | La luna y el huerto

Esta es mi segunda temporada de la huerta en la comarca del Ribeiro. Los paseos por sus caminos, llenos de viñas, huertos y plantaciones varias son un aliciente para seguir aprendiendo del mundo vegetal. Los lugareños son un auténtico pozo de sabiduría porque llevan haciendo eso desde que tienen uso de razón.

 Si están podando las cepas, haciendo caballones o echando semillas, pues yo pregunto, ¿y porqué lo hace así? ¿y qué es eso? El ¿por qué? Siempre está en mi boca. Si Don Luis me dice que en nuestras huertas las zanahorias es mejor plantarlas por semillas y me da sus motivos, lo hace por la experiencia y yo valoro su información. Si Don Ignacio, a sus 85 años, me dice que los plantones de tomate no hay problema en plantarlos con sol justiciero porque llevan su tierra y no “extrañan”, ¿quién soy yo para llevarle la contraria?…si lleva 30 años haciendo una mejora genética de los tomates escogiendo los mejores de cada temporada y guardando sus semillas para la siguiente. El año pasado me regaló 10 tomateras, cosechando en cada una, una media de 8-10 tomates de kilo. 

Hace poquito, me preguntó qué iba a poner en la red de trepadoras y le comenté que tenía intención de plantar guisantes y habas pintas. Me avisó con seguridad férrea que los plantara en la luna creciente, pues sería la forma en que me crecieran mejor. No me supo decir el motivo, pero lo sabía. Por experiencia. 

Como no hubo una explicación lógica, tuve que investigar. Podrá haber mucho escéptico a este tipo de técnicas y formas de trabajar los huertos, pero hay generaciones de cultivadores que lo han comprobado in situ, dando más veracidad si cabe que los estudios que confirman que la fuerza gravitatoria y luz de la luna influyen en la savia de las plantas, haciéndola ascender o descender, interviniendo sustancialmente en la germinación y el crecimiento de las plantas. 

Además de tener en cuenta la fase de la luna, también tendremos que determinar si está en fase ascendente o descendente. 

En cuarto creciente es una luna que favorece el crecimiento del follaje y de la raíz, determinando que las semillas que se siembran unos días antes de este periodo germinen más rápido y de manera más equilibrada. 

En la luna llena hay poco crecimiento de las raíces y mucho a nivel foliar. Es un momento nada indicado para el corte de esquejes, dejando claro que es el momento de las plantas ya trasplantadas, creciendo rápido y produciendo muchas hojas. 

En el cuarto menguante es el momento perfecto y apogeo del suelo y raíces, creciendo fuerte y rápidamente en detrimento del crecimiento foliar. Si trasplantamos en este momento, estaremos más seguros de que las plantas puedan arraigar con mayor fuerza.  Podremos abonar y regar las plantas con flor en la base, y las plantas de hojas en forma de lluvia. 

En la luna nueva se le puede denominar el periodo de latencia o reposo, en el que las plantas crecen lentamente. Es un momento inmejorable para regar, aplicar fertilizantes, entutorar, eliminar hierbas competidoras (adventicias), eliminar hojas secas. 

Yo, pondré en marcha mi laboratorio y tomaré acciones (siempre que me lo permita el ritmo de vida) en el huerto, contando con el calendario lunar y así comprobar por mí mismo la veracidad de los estudios. 

¡Cuán contento hablaré con mi querido Don Ignacio para explicarle todo lo que he aprendido!

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