Salud

Convivir con personas a dieta ayuda a adelgazar

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Un estudio afirma que los efectos se contagian al entorno familiar

Las personas que conviven con pacientes sometidos a dietas de adelgazamiento también pierden peso, según un estudio del Hospital del Mar de Barcelona y el Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), que hizo un seguimiento durante dos años de 148 familiares de pacientes de un programa intensivo de adelgazamiento. El estudio, que publica la revista International Journal of Obesity, cncluyó que los beneficios de la dieta mediterránea se contagian al entorno de los pacientes que la siguen.

Los familiares analizados, aunque no participaban en el programa de adelgazamiento, perdieron casi cuatro kilos de media dos años después de que su familiar comenzara su participación, sobre todo en los casos en los que compartían las comidas y cocinaba el paciente. Los pacientes también experimentaron una mejora en la rebaja de su peso, de casi siete kilos en el mismo período, según el trabajo, en el que también participaron investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y del Hospital Sant Joan de Reus (Tarragona).

El trabajo analizó durante dos años datos de 148 familiares de pacientes incluidos en el programa de pérdida de peso y de hábitos de vida Predimeted-Plus, un estudio multicéntrico en el que un grupo de pacientes sigue una intervención intensiva de reducción de peso basada en la dieta mediterránea y un programa de promoción de la actividad física.

Los familiares (tres de cada cuatro eran la pareja del paciente y el resto, hijos, padres, hermanos o tenían algún otro grado de parentesco), perdieron en promedio 1,25 kilos de peso durante el primer año de la intervención, en comparación con los familiares de los pacientes del grupo de control (aquellos que no seguían la intervención intensiva propuesta por el programa).

Comer con el paciente

Según el estudio, este adelgazamiento rozaba los 4 kilos en el segundo año y eran mejores en los casos en los que el familiar comía con el paciente y, sobre todo, cuando era el paciente quien cocinaba. La intervención, dirigida a conseguir adelgazar consumiendo una dieta mediterránea para personas obesas y alto riesgo cardiovascular, "obtuvo efectos más allá de la pérdida de peso del paciente y se extendió a su entorno familiar", resumió Albert Goday, investigador principal del proyecto.

"Se produjo un efecto contagio, afortunadamente beneficioso, de pérdida de peso y mejora de los hábitos dietéticos", según Goday, que apunta que "entre las múltiples intervenciones dietéticas posibles para perder peso, la que se basa en dieta mediterránea por concepto es más compartible y contagiosa en un entorno familiar".

"El efecto beneficioso de la intervención en uno de los miembros de la familia se puede expandir al resto de miembros de esta unidad, lo que es relevante a la hora de reducir la carga de la obesidad sobre el sistema de salud pública", ha resaltado Goday.

El estudio también analizó los resultados del programa en 117 pacientes y, en comparación con los participantes del grupo de control, perdieron 5,10 kilos durante el primer año de intervención y 6,79 kilos en el segundo, además de incrementar sus niveles de actividad física. 

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