Cuestiones inmunitarias

OURENSE 6/04/2020.- Historias del coronavirus. José Paz
photo_camera Un cartel, en abril. (Foto: José Paz)
No hay día en el que el dichoso coronavirus SARS-CoV-2 no nos descubra uno de sus nuevos secretos.

En plena temporada de rebrotes, la que algunos científicos ya definen como la segunda oleada de la pandemia, justo cuando empezamos a atisbar los resultados de las vacunas más avanzadas, la aparición de casos puntuales de supuestas reinfecciones por este virus han hecho saltar una vez más todas las alarmas. Bien es cierto que se trata de contadísimos casos entre millones de prójimos infectados, pero lo suficientemente llamativos como para captar la atención de los investigadores. Al respecto, algunas de ellos están hablando ya de cuatro tipos de inmunidad, que podrían explicar en parte estos fenómenos. 

En primer lugar, la inmunidad esterilizante, que no es nada fácil de desarrollar. Supondría padecer la enfermedad una sola vez en la vida y quedar protegidos para siempre, algo complicado pues nos estamos enfrentando también a una enfermedad respiratoria, con alta probabilidad de recidiva. 

En segundo lugar, la inmunidad funcional, más factible. En este caso, las personas infectadas y curadas podrían reinfectarse de nuevo, pero la patología que ahora desarrollarían sería más benigna, o prácticamente inexistente. Así ocurre, por ejemplo, con las infecciones causadas por otros coronavirus. 

En tercer lugar, la inmunidad menguante, y que significaría que las defensas adquiridas en primera instancia irían decreciendo con el tiempo, pero siendo en todo caso suficientes para controlar nuevas infecciones por  este virus. 

Por último, la inmunidad ausente, el peor de los casos, pues la desaparición de la misma dejaría al individuo indefenso frente a futuras reinfecciones. 

Por supuesto, nada de esto resulta categórico. No podemos aceptar los dogmas mientras todavía nos queda tanto por aprender de esta patología. Y además, la inmunidad humana es tan compleja, con tantos elementos en juego, que la cosa no parece una sencilla batalla entre anticuerpos y virus, como algunos se empeñan en hacernos creer. Quedan por delante muchas jornadas de combate. Pero cada día que pasa, sabemos un poquito más, y esta realidad, en ciencia, resulta fundamental.

Te puede interesar