El concepto de “peso ideal” supuso la necesidad de hacer dietas restrictivas, seguir planes rígidos, consumir suplementos y productos dietéticos con el fin de conseguirlo.
Nuestro cuerpo tiene una composición variable: huesos, músculos, líquidos, grasa, …
Cuando nos pesamos en la báscula obtenemos una cifra que corresponde a nuestro cuerpo como un todo teniendo en cuenta todos sus componentes por lo que no nos da información fiable de lo que está realmente variando.
El concepto “composición corporal” es el que nos puede interesar para valorar cómo estamos en caso de necesitar tener un seguimiento por algún motivo en concreto como fines deportivos, alguna patología, …
La composición corporal nos da información acerca de los niveles de masa muscular, de masa grasa, de grasa visceral, de masa ósea.
Es importante saber que el peso varía cada día y a lo largo del día, por lo que estar pesándose a diario no tiene ningún sentido y no es fiable porque podemos aumentar o disminuir el peso sin que ello implique engordar o adelgazar ya que estos conceptos se corresponden a la ganancia o pérdida de grasa y no al peso total.
En el caso de las mujeres es bueno saber que por los cambios hormonales también hay mayor variación de líquidos corporales y posibles cambios en la tendencia a acumular grasa corporal y a ganar masa muscular.
Saber todo esto permite liberarse de la obsesión por seguir planes restrictivos con la báscula como protagonista y también ayuda a no frustrarse con los resultados.
También debemos tener claro que la evolución de la pérdida de grasa, peso y variaciones de composición corporal no es lineal ni constante y por ello de lo que hay que preocuparse y ocuparse es de las rutinas del día a día.
Definiría el “peso ideal” como un estado que podemos alcanzar cuando tenemos equilibradas las patas que sostienen nuestro bienestar y que conseguimos con amabilidad y conscientemente para sentirnos a gusto.
La clave es tener las suficientes herramientas y recursos que permitan recorrer el camino con un estilo de vida saludable que se adapte a cada momento. El proceso es a largo plazo y podemos identificar aquellos indicadores que nos podrán permitir valorar la evolución y así reconocer logros y también identificar necesidades y posibles objetivos.
Ejemplos de indicadores:
- Comodidad con la ropa.
- Sensación corporal.
- Estado de la piel, el pelo, las uñas, …
- Función digestiva.
- Estado de ánimo, estrés
- Descanso
- Seguridad y confianza
- Emociones con respecto a la comida en momentos sociales
- Grado de disfrute con la comida, la cocina, la compra, …
- Hambre emocional y su gestión
- Rendimiento físico
No existe el peso ideal, lo importante es cuidarse de manera consciente, amable y flexible con hábitos saludables que sean realistas y sostenibles a largo plazo para la persona.
