El berro, conocido científicamente como Nasturtium officinale o sus sinónimos Rorippa nasturtium-aquaticum o Nastturtium aquaticun, se denomina también en castellano con los nombres de agrión, agrón, berro de agua, mastranzo de agua o mastuerzo acuático, y en gallego brizo, mestranzo o mestruzo. Es una planta herbácea perenne, acuática o semiacuática, perteneciente a la familia de las Brasicáceas, originaria de Europa y Asia central, aunque se encuentra en muchas partes de otros Continentes. En Galicia es común en todo el territorio. Crece durante todo el año en terrenos más bien sombreados y húmedos, cerca de arroyos, manantiales, fuentes, pantanos y zonas encharcadas, formando colonias.
Etimológicamente el nombre genérico Nasturtium deriva del latín nasus, que significa “nariz” y tortus que significa “torcido”, haciendo referencia al gesto de retorcer la nariz debido al olor picante de la planta. El epíteto officinale hace referencia a su utilización farmacológica en las viejas boticas u officinae.
Los berros están provistos de raíces finas y blancas. Sus tallos, normalmente rastreros o ascendentes, son robustos, carnosos, huecos y ramificados en la parte superior. Las hojas presentes a lo largo de los tallos son alternas, algo carnosas, elípticas, ovales o redondas, de borde entero o ligeramente dentado, y de intenso color verde ligeramente oscuro. Están divididas en dos o tres folíolos. Sus flores, reunidas en pequeños racimos en el extremo del tallo, brotan en primavera; son pequeñas y presentan cuatro pétalos de color blanco o blanco rosáceo e incluso, a veces, violáceo. Los frutos alargados, y marcadamente arqueados, contienen numerosas semillas pardo rojizas, dispuestas en dos fila. Estas semillas se dispersan flotando en al agua , lo que favorece su propagación.
El uso de los berros era común en la medicinal y en la farmacopea tradicional. En el siglo V a.C. el médico Hipócrates alababa sus propiedades expectorantes. Más tarde, el botánico, médico y farmacólogo de la antigua Grecia, Dioscórides, señalaba sus cualidades afrodisíacas. El militar y escritor romano Plinio el Viejo, muerto en el año 79 d.C., por la inhalación de gases tóxicos, durante la erupción del Vesubio, los citó en su Historia Natural resaltando algunas de sus propiedades. Parece que a él se debe el nombre dado a la planta: Nasturtium. En el siglo VIII, el emperador Carlomagno dio la orden de que los campos viniesen cultivados berros. Se emplearon para combatir la anemia, las lombrices y por su alto contenido en Vitamina C, el escorbuto. Contienen asimismo vitaminas A, B, D y E, ácido fólico, yodo e hierro. Ayudan a disminuir el contenido de azúcar en la sangre. Son, asimismo, diuréticos, depurativos y tónico digestivos. También se le atribuyen propiedades expectorantes y antisépticas. El extracto de las flores y de las hojas se usa externamente en cosmética como antiseborreico y como loción contra la caída del cabello. Se utilizan también como ungüento para tratar problemas de la piel. Parecen tener, incluso, propiedades benéficas para el tratamiento del cáncer.
En gastronomía se utilizan los tallos, las hojas y los brotes tiernos. Son muy nutritivos y de bajo contenido calórico. Por su alto contenido en agua son un potente hidratante natural. Las hojas, debido a su sabor fresco, picante y agradable, aunque ligeramente ácido y amargo, se emplean para aromatizar salsas o quesos frescos. Es buena para ensaladas o infusiones, aunque también para acompañar pescados y carnes. De igual modo, una vez trituradas, se pueden untar, a modo de crema, en tostadas de pan con mantequilla. Son ideales para hacer revueltos o tortillas. No es recomendable consumirlos después de florecer ni tomarlos en grandes cantidades, ni tampoco usar los de aguas estancadas o contaminadas. Se deben lavar bien con agua corriente o usando unas gotas de lejía antes de consumirlos, ya que pueden ser transmisores de parásitos de enfermedades hepáticas. Sus semillas se han usado en ocasiones para hacer mostazas.
En Galicia, los berros junto con la achicoria se usaban como remedio antihemorrágico para animales. Son alimento apetecido de los caracoles, las babosas y las llamadas “vaquitas de los berros”.