Procesiones sobre ruedas: 5 rutas ciclistas para disfrutar en Semana Santa con o sin niños

La provincia dispone de recorridos variados para los amantes de las dos ruedas

Segunda Semana Santa diferente consecutiva. Aunque las restricciones no llegan a la severidad de las que vivimos hace 12 meses, el cierre perimetral de la comunidad condiciona los planes para las inminentes vacaciones. Pero, a grande males grandes remedios. Disfrutar de la naturaleza, hacer deporte y hasta entretener a los niños en su tiempo libre es posible sin salir de la provincia. Y ahí las bicicletas pueden jugar un papel fundamental. Repasamos algunas de las rutas ciclistas más adecuadas para pedalear en Ourense en estas fechas. Unas para aquellos que se lo tomen con más calma, otras para expertos y expertas y alguna para la familia, con mayores y pequeños.

Paseo del Miño

Quizá la ruta clásica por excelencia en la ciudad de As Burgas. Ideal para aquellos que quieran empezar a dar pedales o quitar las telarañas de la bici y volver a la actividad que un día les cautivó. Predomina el terreno llano, que en ocasiones sube y baja sin que ponga en apuros al ciclista. Si das la vuelta completa, hay más de 14 kilómetros que bordean el Miño desde Oira hasta las termas da Chavasqueira. La superficie mezcla arena y asfalto, con algún que otro bache que obliga a prestar atención. Ideal para ir en familia, con niños y niñas. Pero todo tiene un "pero". Y es que su popularidad hace de esta ruta un destino para mucha gente. No solo ciclistas, también caminantes o atletas. Por eso, precaución, velocidad moderada, respeto y distancia, especialmente en tiempos covid.

Entorno de Cachamuíña

Verde y agua se vuelven a dar la mano para poner sobre la mesa un entorno adecuado para el ciclismo. En dos niveles, además. Si se decide coger el coche y acercarse a la zona para sacar las bicis a pasear llegado el momento, es otra muy buena opción para pedalear en familia. Son 4,5 kilómetros bastante llanos. Pero la otra opción es llegar hasta allí en bicicleta desde la ciudad tras una exigente subida, bien por la carretera de Castadón o bien tomando la opción de ir por Mende, la subida al Castro de Santomé y una pequeña parte de Castadón. Aquí se requiere cierto fondo y experiencia, para no sufrir sobre la bici, que no es la idea. También se puede llegar allí subiendo primero hasta el Real Montealegre Club de Golf y después lanzarse cuesta abajo hasta el embalse. Opciones hay, que cada uno elija su favorita.

Ruta do Ribeiro

El deporte de las dos ruedas se puede dar la mano con el potencial vitivinícola de la provincia. Una alegría para los ojos mientras las piernas sufren un poco más. Una opción es transitar por varias zonas de viñedos que se sitúan en la comarca de O Ribeiro. Cuidado, hay tramos duros que exigen cierta destreza dando pedales. La primera mitad de la ruta finaliza con el ascenso a Boborás de 6,2 km y una pendiente media del 5,5%. En la parte alta del camino se encuentra O Carballiño. El descenso hacia el valle del Miño lleva hasta Ribadavia y posteriormente hacia el final de la ruta en el Balneario de Arnoia, que seguro que sirve para relajarse tras el esfuerzo realizado.

Los Milagros

Aquí ya se exige un buen fondo y tener el hábito ciclista adquirido. Estamos hablando de cerca de 30 kilómetros, la distancia que separa la ciudad del Santuario. Y no es un terreno cualquiera. Es duro. Tanto que se organizan eventos semiprofesionales. Un recorrido por la OU-101 hasta Baños de Molgas para luego coger la OU-1103 hasta llegar al centro religioso. Una ruta de constantes subidas y bajadas para aquellos que necesiten elevar el nivel de exigencia. Consejo: evitar el error de principiante e ir bien cargado de avituallamiento (barritas, agua y bebida energética).

De monasterios

Conocida como Ruta dos Monxes, sirve para que dos monasterios fundamentales en la provincia, San Clodio y Oseira, se den la mano gracias al deporte de las dos ruedas. Sin olvidar un paso por antiguo monasterio de Piñor. Aquí lo duro no se hace esperar. Ya al poco de comenzar llega el punto más exigente del recorrid, la subida a San Amaro. Son alrededor de 8 kilómetros con una pendiente que se va por encima del 6%. Después, tras dejar atrás Carballiño y Cea, se llega a Oseira. Aquí el ciclista suele suspirar. Empieza el descenso más llevadero hacia Ribadavia y la ribera del río Miño.

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