¿Qué son los alimentos funcionales?

Los alimentos funcionales como el yogur y las leches fermentadas contribuyen positivamente en el estado de salud y bienestar
photo_camera Los alimentos funcionales como el yogur y las leches fermentadas contribuyen positivamente en el estado de salud y bienestar
Se trata de aquellos que han demostrado científicamente que tienen un efecto positivo en el organismo, reduciendo el riesgo de enfermedad

Los alimentos funcionales son aquellos que independientemente de su aporte nutritivo, han demostrado científicamente que tienen un efecto positivo en el organismo, reduciendo el riesgo de enfermedad y proporcionando un mejor estado de salud y bienestar. Esta categoría de alimentos suma al aporte en nutrientes que ya tiene, un valor en salud. 

No son productos nuevos, hace ya unos cuantos años que avanza en nuestras estanterías esta oferta alimentaria. Su normativa exige que tanto el formato como la cantidad del producto, se presente al consumidor como un alimento normal que ofrece un plus de salud cuando se toma en las cantidades que comúnmente incluimos en la dieta. 

Los alimentos funcionales abarcan una gran variedad de alimentos. Ejemplos de ellos comprenden un alimento natural, un alimento al que se le ha añadido,  eliminado o modificado uno de sus componentes, o una combinación de estas posibilidades. 

Los alimentos integrales mínimamente procesados ​​junto con los alimentos fortificados, enriquecidos o mejorados pueden ser alimentos funcionales. Generalmente, estos productos tienen un efecto potencialmente beneficioso para la salud al contribuir en una o varias funciones del cuerpo, cuando se consumen con frecuencia.

Los componentes más empleados en este tipo de alimentos agrupan fibra dietética, antioxidantes, ácidos grasos insaturados, fitoesteroles, vitaminas (C, D, A), ácido fólico y minerales como calcio, hierro y  zinc.

En España la oferta actual de alimentos funcionales abarca más de 200 productos. El grupo más conocido son los lácteos, en esta categoría están disponibles por ejemplo, leches enriquecidas en ácido fólico con efecto protector de malformaciones en el tubo neural, lácteos fermentados enriquecidos con ácidos grasos omega 3, como elemento cardioprotector; leches con calcio y vitamina D añadida que ayuda a reducir el riesgo de enfermedad  cardiovascular y de osteoporosis. 

Los zumos de frutas y hortalizas enriquecidos con vitaminas, los cereales fortificados con fibra dietética y ácido fólico, la sal yodada (para evitar disfunciones tiroideas cuando no hay suficiente iodo en la dieta) o los huevos con omega 3 y las margarinas con esteroles vegetales para reducir la concentración de colesterol en sangre, son otros de los comestibles funcionales disponibles al consumidor.  

Si bien estos productos pueden formar parte de la dieta de cualquier persona, pueden ser especialmente indicados en dietas incompletas o en estados carenciales. También podrían ser útiles en grupos de población con necesidades nutricionales especiales como embarazadas, niños y adultos mayores, para personas con intolerancias alimentarias y para colectivos vulnerables. Envíe sus dudas a: 

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