Y la verdad os hará libres

Conocimiento y sabiduría como camino de libertad.
photo_camera Conocimiento y sabiduría como camino de libertad.
¿Cómo vamos a ser libres si nosotros mismos hacemos de todo, menos encarar este problema básico de la existencia?

Caemos como moscas en la miel en todo aquello que, viniendo desde fuera de nosotros mismos, percibimos como algo ventajoso, ilusionante, poderoso, interesante... y como en el artículo anterior, reconozco que esto es lo normal en la conducta humana. Además, desde una mentalidad normal, pensamos que si no hubiese esas motivaciones en la vida humana, esta sería un aburrimiento, una vida sin sentido, vacía de estímulos... Pero, ¿acaso alguno de los que lean esto ha probado a vivir con una actitud interior distinta a esta tan “normal,” para saberlo?. Así pues, solo son suposiciones o incluso prejuicios, ya que si rebobinamos, vemos que nuestros pensamientos están condicionados por esa actitud interior previa, que muchas veces nos es inconsciente, porque no nos bajamos a profundizar más en nosotros mismos, pues estamos como hipnotizados por las ilusiones del momento y no tenemos tiempo para ello. Nos solemos autojustificar por ejemplo pensando: “Bueno, ahora no puedo porque tengo que hacer esto o aquello antes, pero lo pensaré”...y así lo vamos posponiendo una y otra vez, sin querer indagar en lo que nos causa esta actitud o predisposición de atracción hacia unas cosas que para cada persona suelen ser distintas y de mayor o menor intensidad según los casos. Si hay atracción por algo evidentemente hay rechazo por lo contrario. Así corriendo hacia uno de los polos de nuestra percepción de la Realidad, que nosotros mismos hemos creado, y escapando del opuesto, nos pasamos la vida como marionetas bailando al son que nos toquen, y después hablamos de “libertad”. Pero, ¿cómo vamos a ser libres si nosotros mismos hacemos de todo, menos encarar este problema básico de la existencia?

Tanto en los evangelios bíblicos como en los apócrifos, se repite un dicho que nos podría guiar en la solución del problema: “Y la verdad os hará libres”. Aunque en la confusión del hombre “normal”, este, como siempre por deseos de poder, haya formado distintas interpretaciones y formulaciones de la Verdad, ¡no importa!. Lo importante es seguir una de ellas, pues “todo el que busca encontrará”... Pero desde luego, el que no busca y como en la parábola de los talentos, entierra el que se le ha dado, para estar más seguro, puede estar seguro que nada encontrará.

Se trata fundamentalmente de un problema de naturaleza cognitiva, que conlleva una conducta más ética y moral como consecuencia de un mayor esclarecimiento y no al revés, como normalmente nos han tratado de inculcar. Esta verdadera cognición de la realidad ha de ser por decubrimiento individual, pues no puede ser enseñada intelectualmente, aunque sí se puede enseñar todo lo que no es. En los antiguos Vedas ya se hablaba de este tipo de conocimiento, en el que no hay separación sujeto-objeto, para que este sea conocido y además en su totalidad holística, tal como es y no como nuestra percepción o inteligencia normal nos dicta. A este mismo tipo tan raro de Conocer, en la India, se le dió el nombre de “Darsán”. En la misma Biblia, en el antiguo testamento, a este tipo de Conocimiento se le llama “Sabiduría” y también se habla de la Fe como un Conocimiento superior. Los primeros cristianos, en su mayoría, hasta el Concilio de Nicea eran agnósticos, es decir, creían fundamentalmente, en la capacidad individual del ser humano, para llegar a la Gnosis o Conocimiento superior. Curiosamente, todos ellos, a pesar de no haber comunicación entre ellos, cultivaban esta capacidad siguiendo el método de lo que conocemos como Meditación, que no tiene nada que ver con reflesión intelectual, sino más bien con Contemplación. Muchos de ellos, además, creían en la reencarnación. Hay muchos más “detalles” de similitudes curiosas que aquí no incluyo, como el término “Yi” en el Taoísmo que se traduce como “Mente de Sabiduría” o el de “Prajna” en el Budismo, para significar lo mismo.

Todas estas culturas, tan separadas y distantes entre sí, que antiguamente no disponían de medios de comunicación, tenían sin embargo el conocimiento de un hallazgo común, más importante que la mayor de las tecnologías más avanzadas de hoy día, o de teorías científicas como la de la física cuántica que no son más que conocimientos externos e indirectos de lo que ellos practicaban directamente e interiormente a través de la Meditación, cuando algunos llegaban a la Iluminación.

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