La enfermedad de Alzheimer causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento, y aunque su causa no se ha establecido aún con claridad, se sugieren muchos factores que le afectan, incluidos los nutricionales.
Un equipo de la universidad Médica de Białystok, revisó la investigación sobre la importancia de la nutrición en la enfermedad de Alzheimer, publicada entre 2005 y 2020 que incluía solamente modelos humanos con un mínimo de 100 participantes.
Al analizar los textos completos de los trabajos seleccionados, los investigadores encontraron que las deficiencias de vitaminas A, B, C, D y E pueden aumentar el riesgo de Alzheimer, por lo tanto, una dieta rica en vitaminas A, D, C, B6, B12 y ácido fólico, así como la suplementación con dosis más altas (por ejemplo, 2000 IE de vitamina E) parece recomendarse en la prevención de la enfermedad de Alzheimer. Cantidades adecuadas de frutas y verduras complementarán la deficiencia de vitaminas antioxidantes, que a menudo son deficientes en pacientes con demencia.
La investigación sugiere que una dieta rica en vitaminas antioxidantes retrasa la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Los datos sobre la suplementación con vitaminas A, B, C, D y E son ambiguos. No existen pautas internacionales para las recomendaciones dietéticas en la enfermedad de Alzheimer.
La revisión concluye que una dieta rica en vitaminas antioxidantes puede mejorar las funciones cognitivas de los pacientes y que gracias a una adecuada ingesta de vitaminas del grupo B, se reducen los niveles de homocisteína, lo que indirectamente protege contra el desarrollo de la enfermedad. Mantener una dieta saludable (Dieta Atlántica, Dieta Mediterránea) así como el uso de suplementos adecuados, pueden contribuir a mejorar la condición clínica de los pacientes con Alzheimer.
Ref: Mielech y col. Vitaminas en la enfermedad de Alzheimer: revisión de los informes más recientes Nutrientes 2020 Nov; 12 (11): 3458.
