Benedicto XVI criticó ayer que el derecho al trabajo es uno de los más amenazados, advirtió de los focos de tensión provocados por el aumento de las desigualdades entre ricos y pobres, 'debido a un capitalismo financiero no regulado', y pidió nuevas políticas 'valientes' para crear trabajo. Así lo manifestó en su mensaje para la 46 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2013, cuyo lema es 'Bienaventurados los que trabajan para la paz', presentado por el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz.
El papa pidió que el trabajo sea revalorizado y visto como un bien fundamental para la persona, la familia y la sociedad y exigió a los gobernantes 'nuevas y valientes políticas de trabajo para todos'.
En su mensaje, afirmó que el terrorismo, las guerras, las desigualdades sociales y los fundamentalismos y fanatismos 'que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión' también representan un peligro para la paz y aseguró que cada ser humano puede ser un agente de paz. Benedicto XVI señaló que los que trabajan por la paz aman y defienden y promueven la vida y a este respecto volvió a defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural y condenó el aborto y la eutanasia.
'¿Cómo es posible pretender la paz sin que se tutele el derecho a la vida empezando por los aún no nacidos', se preguntó el papa, que dijo que 'no es justo codificar de manera subrepticia falsos derechos o libertades para favorecer un pretendido derecho al aborto y a la eutanasia'. También reiteró que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y pidió defenderlo 'frente a los intentos de equiparlos con formas radicalmente opuestas de unión, que en realidad dañan'.
En su mensaje, afirmó que el terrorismo, las guerras, las desigualdades sociales y los fundamentalismos y fanatismos 'que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión' también representan un peligro para la paz y aseguró que cada ser humano puede ser un agente de paz. Benedicto XVI señaló que los que trabajan por la paz aman y defienden y promueven la vida y a este respecto volvió a defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural y condenó el aborto y la eutanasia.
'¿Cómo es posible pretender la paz sin que se tutele el derecho a la vida empezando por los aún no nacidos', se preguntó el papa, que dijo que 'no es justo codificar de manera subrepticia falsos derechos o libertades para favorecer un pretendido derecho al aborto y a la eutanasia'. También reiteró que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y pidió defenderlo 'frente a los intentos de equiparlos con formas radicalmente opuestas de unión, que en realidad dañan'.