Los casinos lusos denuncian al Estado portugués y se niegan a pagar impuestos

Los casinos y salas de juego que operan en Portugal decidieron ayer presentar una denuncia contra el Estado luso por considerar 'injusto' su actual régimen tributario y anunciaron que no pagarán los impuestos hasta conocer la sentencia.
El más importante grupo del sector en todo el país, Estoril-Sol, propietario del famoso casino cercano a la capital lusa, informó a la Comisión del Mercado de Valores de Portugal de su decisión de presentar la queja ante el Tribunal Administrativo de Lisboa y Oporto.

'El objetivo es el reequilibrio financiero de los contratos de concesión en Estoril y Póvoa de Varzim', expresó la empresa, propiedad del multimillonario de Macao Stanley Ho. La firma de estas concesiones se remontan al año 2001, cuando a cambio de prolongar los contratos se acordó que las salas de juego de Estoril, Póvoa y Espinho pagaran el 50 % de sus ingresos brutos al Estado, porcentaje que se situó en el 35% para los casinos del Algarve y del 30 % para los de Figueira da Foz. El problema, según la patronal, es que a estos pagos se le suma un impuesto mínimo independiente de la facturación y que sin embargo está diseñado en base a un crecimiento de los ingresos superior al 2 % anual, cuando actualmente la evolución es a la baja.

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