Uno de cada tres jóvenes entre 15 y 17 años ha mantenido relaciones sexuales y el 65% consume alcohol habitualmente

El dinero, el preservativo y la discoteca, los máximos iconos de los adolescentes

Con más dinero en el bolsillo, con relaciones sexuales más tempranas y con el alcohol como sinónimo de fiesta. Estos son los tres iconos con los que se identifican los jóvenes españoles de esta última generación. El escritor y sociólogo Javier Elzo presentó hoy su última creación ‘La voz de los adolescentes’ (Editorial PPC), una reflexión sobre las necesidades y costumbres de los jóvenes en día, que responde a más de 270 entrevistas realizadas a chicos de entre 16 y 18 años de diferentes ciudades españolas.
‘Los jóvenes tienen mucho más dinero ahora que antes, normalmente procedente de sus abuelos. Los adolescentes no saben realmente lo que cuesta’, afirmó Javier Elzo. El dinero se ha convertido en el elemento de poder de los jóvenes, que cuentan aproximádamente de una media de 60 euros semanales para sus gastos personales.

Esta cantidad se mantiene paradójicamente, según Elzo, con independencia de la situación económica de las familias, las cuales se encuentran en pleno proceso de transformación.

El estudio en el que se ha basado el sociólogo demuestra que el modelo padre-madre-hijos ya no es el mayoritario en España. Se ha pasado del 2 por ciento de los niños nacidos fuera del ámbito familiar al 21 por ciento en la actualidad.

‘Los niños son los grandes olvidados de la sociedad. Hay leyes para mujeres, para dependientes, para drogadictos, pero ninguna dirigida a este sector’, insistió Elzo, que considera que los chavales sí que piden, aunque no sea de manera explícita, más disciplina.

Con respecto a las relaciones sexuales, el estudio demuestra que los adolescentes en día se adentran en mundo del sexo con de forma cada vez más temprana. En concreto, uno de cada tres jóvenes entre los 15 y los 17 años ya han mantenido al menos una relación sexual completa.

La cifra asciende al 75 por ciento entre los jóvenes de 18 y 20 años. ‘Existe todavía en el subconsciente de los chavales estereotipos machistas que consideran que sólo las chicas deben de ser castas’, expresó Elzo, que consideró que existe un ‘revival’ del machismo, y que cada vez más chicas quieren comportarse como chicos.

Por otro lado, las discotecas y el alcohol se convierten en otro de los símbolos de identidad de los jóvenes. En ‘La voz de los adolescentes’ se pone de manifiesto que el 65 por ciento de los chavales consumen bebidas alcohólicas de forma habitual. Con respecto al consumo de drogas, los jóvenes aseguran tener acceso fácilmente a ellas en los mismos centros escolares. Sin embargo, los encuestados afirman rechazar a los compañeros que ‘se pasan’ los fines de semana con cualquier tipo de consumo. Son, según Elzo, los ‘bebedores pasivos’.

LIBRES, PERO ATADOS

Estos nuevos iconos de los jóvenes permite afirmar a este sociólogo que los adolescentes en día, que empiezan esta etapa de la vida antes y la terminan después, ‘se sienten libres, pero se encuentran muy atados’. Sus ataduras principales las encuentran en el colegio, el grupo de amigos, la moda y, sobre todo, las nuevas tecnologías.

Este tipo de ‘nuevos jóvenes’ son, según este libro, más tolerantes, individualistas, muy consumistas y valoran especialmente la lealtad y la fidelidad, aunque desconocen los valores de responsabilidad o el compromiso. Del mismo modo, rehúsan en cierto modo de la religión, la cual consideran un tema de ‘otra generación’. ‘Las nuevas formas de socialización no tienen nada que ver con la religión, los partidos políticos o los sindicalismo, sino con la familia, los amigos e Internet’, explicó Elzo.

Otro de los fenómenos que se estudian en este libro es el de la violencia en las aulas, un fenómenos que, aunque haya descendido en los últimos años, sigue muy presente según el escritor. El estudio demuestra que el 19 por ciento de los jóvenes encuestados han sufrido algún tipo de maltrato en sus centros escolares, un porcentaje que aumenta en el caso de los alumnos españoles. ‘Ha llegado un momento en el que los profesores tienen miedo de los alumnos y de sus padres, y que los propios alumnos tienen miedo de sus compañeros’, apuntó Elzo.

Para afrontar las dificultades que surgen durante esta edad complicada en los hijos, Elzo recomendó a los padres no llegar a ser ‘prepotentes, pero tampoco impotentes. ‘Los niños y jóvenes quieren en el fondo que sus padres les atiendan más. La indiferencia es una frustración que no soportan. Prefieren el conflicto, el no razonado’, explicó el sociólogo.

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