Andres Schleicher considera que los maestros tienen que ser más libres a la hora de dar clase

El director del informe PISA pide la autonomía del profesor

El director del informe PISA, Andreas Schleicher. (Foto: EMILIO NARANJO)
El director del informe PISA, Andreas Schleicher, repasa la situación del sistema educativo español a la vista de la última Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA 2012), el papel del profesorado y la reforma educativa.

¿Por qué el alumnado español sigue por debajo de la OCDE en Matemáticas, Lectura y Ciencias?

La inversión ha aumentado bastante, pero el rendimiento no ha mejorado. España no ha iniciado aquellas reformas de los países que tienen mejor rendimiento, no ha habido un aumento ambicioso de las aspiraciones de estudiantes, de profesores. Éstos no son dueños de su profesión.


¿POR QUÉ NO?

El sistema español es muy prescriptivo. Educación establece el currículum y los profesores son los que se supone que tienen que desarrollarlo, pero no se les ofrece una diversidad profesional ni se les permite progresar o contribuir al desarrollo de los contenidos, ni mejorar la práctica. En países de Asia oriental, hay un ambiente de colaboración entre profesores pero esto crea un entorno para una mejora constante. Es una combinación de autonomía profesional y cultura de la colaboración.


¿Fallan los métodos de enseñanza y aprendizaje?

Los estudiantes en España reproducen bien lo que se les enseña, pero les cuesta extrapolarlo. Supongo que el problema es que les decimos exactamente a los profesores lo que tienen que enseñar. No son dueños para enseñar, no se les da libertad. Lo mismo sucede cuando salimos del marco académico. Tenemos una mezcla tóxica de licenciados buscando trabajo y de empleadores que no encuentran a la gente con las competencias que necesitan.


¿QUÉ HACEMOS CON TANTOS REPETIDORES?

Es una de las grandes ineficiencias. No es sólo el gasto que supone un repetidor, sino que tarda más tiempo en trabajar, pagar impuestos. Estos recursos podrían emplearse en detectar los problemas al principio, ver quiénes necesitarán una educación personalizada. España ha sido muy monolítica, ha tratado a todos los alumnos como si fueran el mismo.


¿Y puede contribuir la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa?

Es un marco normativo que, en principio, es para aumentar la responsabilidad, la flexibilidad, la transparencia... pero las leyes no son las que determinan lo cambios en las aulas, sino los comportamientos. Lo importante es cómo se va a traducir en las escuelas. En muchos países las claves del éxito han estado en la colaboración con quienes van a aplicar la legislación: profesores y directores.


¿Qué es positivo en la ley y qué no lo es?

Brinda muchas oportunidades, puede permitir un aumento de la autonomía de centros, de la coherencia del sistema, los exámenes incrementan el nivel de aspiraciones y expectativas. Pero el reto es la implementación. Si se crea un sistema de dos vías -si se te dan bien los estudios sigues la formación académica, si se te dan mal sigues la profesional- entonces van a conseguir lo opuesto a lo que esperaban.


¿Qué pasará si los resultados de la educación no mejoran?

El colegio de hoy es la sociedad y la economía del mañana.

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