SEÚN EL CSIC

Las especies no toleran la urbanización que altera de forma drástica su hábitat y acaban extinguiéndose

La extinción de especies en las urbes es fruto de su falta de adaptación

La urbanización del entorno es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, ya que las especies no logran adaptarse a las alteraciones drásticas en su hábitat y, en algunos casos se terminan extinguiendo, según un trabajo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que publica 'Ecology Letters'.

Así, el trabajo concluye que la extinción de especies en las urbes es fruto de su falta de adaptación, por lo que podría contribuir a conocer el impacto de la urbanización en la naturaleza y, en base a esto, planificar los nuevos espacios urbanos y convertirlos en más habitables.

El CSIC ha recopilado datos de aves que habitan en 22 regiones del mundo y ha aportado evidencias claras de que las especies que toleran bien la urbanización son aquellas que poseen ciertas adaptaciones, como la de distribuir su esfuerzo reproductor en diferentes eventos en vez de poner "todos sus huevos en una única cesta".

Los científicos de este trabajo se han basado en las aves puesto que estos animales colonizan con frecuencia las áreas urbanas y existe, además, extensa documentación sobre sus hábitos.

Los datos se han recogido en las ciudades de Barcelona, Bristol, Madrid, Toronto, Santiago de Chile dividiendo cada una de estas regiones en tres tipos de hábitat: urbanos (muy urbanizadas), suburbios (zonas residenciales) y alrededores (zonas menos urbanizadas).

Así, han comprobado que la mayor pérdida de biodiversidad se produce cuando la urbanización es intensa. De los resultados se desprende que los límites de tolerancia de muchas variedades de aves se ven superados en ambientes urbanizados. De este modo, especies que son muy abundantes en hábitat naturales, reducen su presencia e incluso desaparecen en las ciudades.

A consecuencia de la urbanización se suelen producir alteraciones ambientales "drásticas y rápidas" que incluyen el reemplazo de vegetación natural por estructuras humanas y el aumento de la perturbación de los seres humanos y sus mascotas.

De acuerdo con el estudio, no todas las especies toleran mal el proceso de urbanización, algunas parecen percibir estas alteraciones como oportunidades ecológicas y se convierten en animales comunes en las urbes.

El investigador del CSIC en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales Daniel Sol ha manifestado que teniendo en cuenta que se espera un aumento de la ocupación del suelo de 1,2 millones de kilómetros cuadrado en los primeros 30 años de este siglo, "comprender el impacto del proceso de urbanización sobre la biodiversidad e identificar las especies que se verán más afectadas es una de las prioridades para conservar los ecosistemas".

En concreto, plantean que en la planificación urbana se tengan en cuenta las razones que hacen de los entornos urbanizados "sean inhóspitos" para la mayoría de las especies y preservar los elementos de los hábitat naturales que, cuando se alteran, "actúan como filtros ambientales para la mayoría de las especies".

Aunque el investigador apunta que lograrlo es difícil en zonas que ya están muy urbanizadas, puede ser más sencillo en el diseño de nuevos asentamientos urbanos en los que se prevea una rápida expansión de suelo.

Finalmente, el estudio señala que el próximo paso es comprender por qué las especies exóticas invasoras se asientan con éxito en las ciudades mientras que las autóctonas tienen importantes dificultades.

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