Leticia Moracho, la madre de una niña que fue llevada por su padre a Irak sin su consentimiento y que para rescatarla fue presuntamente estafada en 2007 por el dueño de una empresa de seguridad, que será juzgado hoy, ha afirmado que no se arrepiente y que 'volvería a pagar por recuperarla'.
'Hasta mi vida daría', ha dicho Moracho, quien ha explicado que su hija, que volvió junto a ella en 2009 gracias a las gestiones diplomáticas entre España e Irak, ahora tiene 13 años y está 'muy bien'.
Leticia Moracho ha hecho estas declaraciones poco antes de comenzar en la Audiencia Provincial de Madrid la vista oral a David R.H., para quien el fiscal pide cinco años de cárcel por un delito de estafa con el agravante de reincidencia.
Según el escrito provisional del Ministerio Público, David R.H. se ofreció a la madre de Sara como experto en seguridad y le pidió por ese servicio 90.000 euros.
Leticia pensó que 'la operación sería factible' y le entregó por adelantado alrededor de 30.000 euros y 15.000 dólares.
Para hacer creíbles sus investigaciones, David viajó a la zona norte de Irak, pero no realizó ninguna gestión para poner en libertad a Sara, según el fiscal, que recuerda que el procesado ya fue condenado en 2005 a seis meses de prisión por apropiación indebida en Vitoria.
La historia de la madrileña Leticia Moracho se remonta a 2006, cuando su ex pareja sentimental se llevó a la hija común a su país de origen, Irak, aprovechando un fin de semana en el que la madre se la dejó para que pudieran verse.
Mientras la mujer denunció ante la Guardia Civil a su expareja por haberse llevado a su hija a Basora (Irak) y tenerla allí 'retenida', el hombre solicitó ante la justicia de su país la custodia de la niña.
La justicia iraquí dio la razón al padre y dictó que Leticia podría ver a su hija el día 15 de los meses impares del año, pero Moracho luchó para que la pequeña regresara a España, lo que consiguió gracias a las negociaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Embajada española en Irak.
He logrado sacarla 'de un infierno', comentó Leticia el 22 de marzo de 2009 tras aterrizar en Barajas (Madrid) con su hija, que había cumplido los 11 años.
