Más de un siglo de historia a través de las máquinas de escribir

Tres de las máquinas que pueden verse en la exposición 'A Máquina de Escribir. Colección Sirvent', que se ha presentado en la Casa das Artes de Vigo (SALVADOR SAS)
photo_camera Tres de las máquinas que pueden verse en la exposición 'A Máquina de Escribir. Colección Sirvent', que se ha presentado en la Casa das Artes de Vigo (SALVADOR SAS)

La Casa das Artes de Vigo acoge parte de la colección de la familia Sirvent de máquinas de escribir, que componen unos 4.000 ejemplares

La Casa das Artes de Vigo acoge desde hoy parte de la colección de la familia Sirvent de máquinas de escribir, que componen unos 4.000 ejemplares, entre los que se cuentan una Malling Hansen de 1867 o una Brother modelo CE-70 de 1982.

Quien visite la exposición se encontrará con máquinas de todo tipo de modelos, tanto manuales como eléctricas y electromecánicas; colores, materiales y teclados: los hay en japonés, indio, ruso y árabe, y también con notas musicales para pentagramas, en alfabeto braille e incluso encriptados para policías y ejércitos.

Hay también prototipos que no se llegaron a fabricar en serie bien porque la empresa que la desarrolló entró en crisis o porque no dieron el resultado esperado, según ha explicado en la presentación de la muestra Luis Sirvent.

Completan la exposición carteles, fotos, libros, documentos históricos, equipos de aprendizaje de mecanografía y teclados para prácticas.

El origen de la colección de la familia Sirvent se remonta a la década de los cuarenta del siglo pasado, cuando el patriarca, Alfredo Sirvent, instaló un taller de reparación de máquinas de escribir en la calle Velázquez Moreno de Vigo.

El acopio de 4.000 ejemplares, de los que unos 3.000 están en condiciones de ser usadas, hace que esta familia viguesa ostente una de las diez colecciones de máquinas de escribir más importantes del mundo.

Cuentan con algunas joyas como una Malling Hansen de 1867, una Type Writer de Scholes & Glidden perteneciente a la primera tanda de máquinas de escribir fabricadas de manera industrial en 1873, o una Brother modelo CE-70 de 1982.

Más allá del valor coleccionista y sentimental, los hermanos Sirvent subrayan que las máquinas de escribir "permitieron dar un gran paso" en la incorporación de la mujer al mercado laboral como mecanógrafas.

Los hermanos Sirvent ya expusieron una selección de más de 140 máquinas en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela en 2011 en el marco de la exposición 'Typewriter: A historia escrita a máquina'. 

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