El interés mediático y el juicio paralelo a los padres marcaron una desaparición que cumple un año

El mundo sigue buscando a Madeleine

La desaparición de Madeleine McCann
Se cumple un año de la desaparición de Madeleine McCann, un caso que dio la vuelta al mundo pero que continúa sin esclarecerse. La campaña mediática impulsada por los padres de la niña fue el principal motivo de que su desaparición destacase sobre la de otros menores. Sin embargo, la investigación dio un vuelco en verano después de que la Policía lusa los declarase como ‘sospechosos formales’ y pasase a hablar de encontrar el cadáver de la niña. 12 meses después, las incógnitas continúan.
Fue la noticia del año. Si hubo un acontecimiento que aglutinó frente a los televisores a millones de europeos y copó las portadas de los periódicos en decenas de ocasiones fue, sin lugar a dudas, la desaparición de la niña inglesa Madeleine McCann. El caso destacó por encima del resto de niños que desaparecieron en España y en Europa el mismo año por la proyección mediática que los padres dieron a la pérdida de su hija y por el vuelco que dio la investigación cuando los propios progenitores fueron declarados ‘sospechosos formales’ de la desaparición. Un año después, y miles de artículos, reportajes e informaciones, la incógnita sigue sin resolverse.

La noche del 3 de mayo del año pasado se esfumó la pequeña Madeleine McCann, una niña a punto de cumplir los cuatro años, de la habitación donde dormía con sus hermanos mientras sus padres cenaban con un grupo de amigos a tan sólo unos metros del apartamento en la localidad portuguesa de Praia da Luz. En los días siguientes los padres se esforzaron por dar a conocer su historia, su trabajo cosechó grandes adhesiones como el llamamiento que Beckham hizo en televisión o la recompensa de 3,6 millones de euros que prometieron el director de la empresa Virgin Richard Branson, la autora de la saga Harry Potter, J.K Rowling, y el futbolista Wayne Rooney.

Encuentro con el Papa

Como parte de la promoción del caso, los McCann, padres de otros dos hijos menores, médicos de profesión y fervientes católicos, iniciaron una peregrinación que les llevaría por varias capitales europeas, entre ellas Madrid, y hasta tuvieron un encuentro con el Papa Benedicto XVI.

El ímpetu y la dedicación con la que los padres buscan a la pequeña -Gerry McCann mantiene un blog en internet y se han distribuído millones de carteles con la foto de la pequeña- hizo pensar que el paradero de la niña terminaría por conocerse más temprano que tarde.

De hecho, la importancia que se dio a la desaparición de Maddie obligó a suspender el estreno del largometraje ‘Gone Baby Gone’, la ópera prima del actor Ben Affleck, porque el contenido tenía una extraordinaria similitud con la historia de la familia británica. En España, también se tachó de ‘oportunista’ una serie de televisión, ‘Desaparecida’, cuyo estreno el pasado mes de octubre coincidió con el punto álgido de las investigaciones sobre el ‘caso Maddie’.

A medida que pasaban los meses y ante la falta de nuevos datos, como suele ocurrir en este tipo de historias, el interés por la desaparición de Maddie amenazó con diluirse. Sin embargo, en pleno verano, volvieron a sucederse noticias sobre el posible paradero de Madeleine. Primero, el jefe de la policía portuguesa, Olegario Sousa, aseguró que era posible que la menor hubiese muerto. Unas declaraciones que desencadenaron todo tipo de informaciones sobre el posible paradero del cadáver.

En segundo lugar, y a finales del mes de agosto, un diario portugués lanzó las primeras sospechas de que Gerry y Kate McCann podrían ser los autores o estar implicados en la muerte de su propia hija. Se trató de un vuelco inesperado. La opinión pública se dividió entre los que creían que los padres habían montado un circo mediático para ocultar la asesinato de su hija y los que que mantuvieron la teoría de que unos padres jamás podrían fingir el dolor, día tras día, como lo hicieron los McCann durante meses.

Unas semanas más tarde, los padres fueron llamados a declarar y considerados como ‘sospechosos formales’. Sin embargo, y a pesar de que la policía portuguesa sigue con las pesquisas sobre la desaparición de la menor, las autoridades lusas no encuentran pruebas para acusar a Gerry y Kate.


Te puede interesar