Cuando se cumple el ecuador del verano, el balance general de estas primeras semanas muestra que junio registró la temperatura media más fresca de los últimos 15 años, mientras que julio se situó como el quinto más cálido desde 1961, según datos de la agencia española de meteorología. Junio fue un mes de temperaturas ligeramente inferiores en general a los valores normales ya que la media en España fue de 19,8º grados centígrados, es decir 0,3 grados por debajo de la media de este mes (entre 1971-2000).
Según el portavoz de la Aemet, Fermín Elizaga, esta 'anomalía negativa' se dio, sobre todo, en el tercio norte peninsular, y los valores por debajo de la media más significativos se profujeron en Cantabria, País Vasco, La Rioja, Navarra. Por lo que se refiere a julio, ultimo mes completo con datos disponibles, Elizaga señaló que fue muy cálido y seco, especialmente en el tercio norte donde llovió menos de lo normal. Registró una temperatura media de 25 grados, valor que supera en 1,6 grados al normal para este mes (1971-2000) y se colocó como el quinto julio de temperatura media más elevada desde 1961, después de los correspondientes a 1989, 1994, 2006 y 2010.
COMPENSACIÓN
Estas temperaturas elevadas de julio 'compensan el fresco' de junio, ya que fue en el tercio norte donde se produjo una anomalía cálida y se registraron valores más 'acusados'. Sobre la segunda parte del verano, agosto y septiembre, el portavoz de Aemet dijo que no hay señal alguna que permita esperar algún cambio significativo, con lo que continuarán las escasas precipitaciones y los valores normales de temperaturas, aunque las previsiones a tan largo plazo tienen 'baja fiabilidad'.
COMPENSACIÓN
Estas temperaturas elevadas de julio 'compensan el fresco' de junio, ya que fue en el tercio norte donde se produjo una anomalía cálida y se registraron valores más 'acusados'. Sobre la segunda parte del verano, agosto y septiembre, el portavoz de Aemet dijo que no hay señal alguna que permita esperar algún cambio significativo, con lo que continuarán las escasas precipitaciones y los valores normales de temperaturas, aunque las previsiones a tan largo plazo tienen 'baja fiabilidad'.
