CARNAVAL

Río de Janeiro no descansa durante el carnaval

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photo_camera La fiesta no se detiene en el carnaval de Río.

Miles de cariocas y turistas con todo tipo de disfraces que han madrugado para ver los primeros "blocos" (comparsas) que desfilan hoy por el centro de Río de Janeiro. 

La ciudad más emblemática de Brasil y que acoge el carnaval más famoso del mundo no duerme ni descansa desde el pasado viernes, cuando la fiesta comenzó oficialmente, y no lo hará hasta el Miércoles de Ceniza.

En el metro y en los autobuses podían verse hoy miles de personas disfrazadas desplazándose hacia el centro de la ciudad, en donde blocos como los populares Cordao do Boitatá y Bangalafumenga garantizaron la diversión desde el domingo muy temprano.

En los mismos medios de transporte público regresaban a sus casas a la misma hora miles de personas que habían asistido a los desfiles de las escuelas de samba del grupo de acceso en el sambódromo, que terminaron a primera hora de este domingo, o que habían pasado la noche en locales de baile, como el Terreirao do Samba.

Las escuelas de samba del grupo de acceso, una especie de segunda división, anteceden en las noches del viernes y del sábado las presentaciones de las escuelas del llamado Grupo Especial, las doce mejores agrupaciones de la ciudad y que desfilan en el sambódromo las noches del domingo y del lunes.

Los lujosos desfiles de las escuelas de samba del Grupo Especial, cada una con hasta 5.000 integrantes y reforzadas por disfraces exhuberantes, carrozas alegóricas y enormes orquestas, son considerados la principal atracción del carnaval de Río y el mayor espectáculo del mundo al aire libre.

Su presentación, sin embargo, está limitada al aforo de 80.000 personas del sambódromo cada noche.

Por el contrario, los blocos, comparsas encabezadas por orquestas y que atraen desde pequeños grupos de vecinos hasta multitudes de más de un millón de personas, desfilan gratuitamente por diferentes calles de la ciudad y puede disfrutarlos cualquier carioca o turista, disfrazado o no y así sepa sambar o no.

El Cordao do Boitatá, uno de los primeros blocos en desfilar hoy, atrajo a cerca de 30.000 personas a la céntrica Plaza Quince para una fiesta en la que han intervenido la cantante Teresa Cristina y otra veintena de artistas, entre ellos el músico Hamilton de Hollanda.

La mayoría de los asistentes al desfile de esta comparsa usaba coloridos disfraces y bailaba alrededor de las alegorías del bloco, que en sus músicas rindió homenaje a desaparecidos y conocidos compositores de la música popular brasileña, como Dominguinhos y Dorival Caymmi.

A unos cinco kilómetros, frente al Monumento de los Héroes de Segunda Guerra Mundial, un grupo más numeroso bailaba al ritmo del bloco Bangalafumenga, una comparsa con 16 años de vida y que cuenta con 180 percusionistas.

La presentación de Bangalafumenta fue reforzada hoy por los integrantes de Fogo e Paixao, una comparsa que se caracteriza por interpretar músicas consideradas de mal gusto de compositores muy populares como Wando y Sidney Magal. 

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