Tradiciones navideñas: De las uvas de la suerte españolas a la renovación vital de los japoneses

Comer las uvas siguiendo las campanadas del reloj de la Puerta del Sol, símbolo navideño (Foto: Archivo)
Hay cosas intrínsecas a la Navidad, desde el turrón al abeto de Navidad. Pero, por mucho que cueste creer, hay costumbres navideñas que sólo se practican en un país y son absolutamente desconocidas en otro. El mejor ejemplo son las uvas de la suerte con las que todos los españoles despiden el año y que es vista con curiosidad desde todos los puntos del planeta.
Esta tradición, tan arragaida, es sin embargo muy moderna; data de 1909 y no tiene un origen en absoluto religioso sino económico. En la Nochevieja de ese año había un excedente de uvas de tal magnitud que los agricultores, a la desesperada, inventaron las doce uvas de la suerte, seguramente sin prever que crearían una tradición que el año que viene cumplirá un siglo.

Nada que ver con la tradición de los italianos para el 31 de diciembre que, en lugar de uvas, toman cucharadas de lentejas, es un símbolo por el dinero que se espera que llegue el año que entra. En Roma y en Nápoles la costumbre es otra, más peligrosa para el transeúnte: tirar por la ventana toda la ropa y los trastos viejos, pasada la medianoche del último día de año, liberarse de todo lo malo para el año que entra. Por Italia tampoco pasan los Reyes Magos, sino la 'Befana', una bruja fea que en la noche del 5 de enero visita las casas de los niños, montada en su escoba, para dejarles regalos. Y en la mañana siguiente, nada de roscón de Reyes, sino un bocata de carne de cerdo asada.

En Alemania se celebran mucho las fiestas navideñas y las tradiciones están muy arraigadas en todos los hogares. El 5 de diciembre, Papá Noel y su ayudante Knecht Ruprecht visitan las casas para asegurarse de que los niños se han portado bien durante el año. En Nochebuena se abren los regalos, pero sólo pueden hacerlo después de la cena, cuando suena una campanilla y cuando cantan 'Noche de Paz'.

En Letonia, la costumbre navideña reza 'un regalo, un poema'. Después de la cena de Nochebuena nadie puede recoger su regalo bajo el abeto navideño antes de recitar unos versos.

En otro lugares se opta por las artes escénicas. En Polonia el belén tradicional se reconvierte en un pequeño escenario teatral en el que se hacen marionetas y se representan episodios del nacimiento de Jesús.


VELAS Y FUEGO


Algunas costumbres navideñas se relacionan con el fuego, como ocurre en Portugal, donde en la noche de Nochebuena arden troncos de madera, cuanto más grandes mejor, como una representación del triunfo de la luz sobre las tinieblas.

El fuego también está presente en algunos lugares de España, concretamente en algunas zonas de Cataluña de la Comarca del Berguedá, donde en Nochebuena se celebra el solsticio de invierno quemando fallas de invierno llamadas Fia Faia en localidades como Baga, Sant Julia de Cerdanyola y Guardiola, aunque el origen de esta fiesta es pagano.

Más allá del fuego, las velas están muy presentes en muchas casas del mundo. En Irlanda, por ejemplo, se prende una a la entrada de la casa o en algunas ventanas. La costumbre manda que sea el miembro de la familia de menor edad quien la prenda y sólo puede ser apagada por una niña o mujer que se llame María. Además, después de la comida del día de Navidad, las familias irlandesas dejan pan y queso a la puerta de su casa, como muestra de hospitalidad con las visitas.


EN VERANO

Y si para el hemisferio norte la Navidad es sinónimo de frío, ropa de abrigo y lugares blancos por la nieve, en el otro punto del planeta estas fiestas se celebran en manga corta y con helados. Es lo que ocurre en Australia, Nueva Zelanda, Argentina y buena parte de Latinoamérica.

La Navidad en Australia viene acompañada de temperaturas entre 25 y 35 grados, un clima muy adecuado para ir a la playa y, desde luego, hacer las compras navideñas en ropa muy ligera. También aquí gustan de las velas y, en Nochebuena, los habitantes de todas partes del país se reúnen en plazas, parques y otros lugares públicos para acudir a los conciertos 'Carols by Candlelight', villancicos a la luz de la vela.

También es verano en Argentina, donde se preparan comidas ligeras como ensaladas, sidra y helados para pasar el calor, aunque también carnes asadas. En Ciudad de La Plata se construyen grandes muñecos que se queman para recibir el Año Nuevo, pero la costumbre ha ido adquiriendo tal envergadura que hay se hacen quemas coordinadas y acompañadas de fuegos artificiales.


COSTUMBRES ASIATICAS


La Navidad es una celebración que se ha incorporado a China en tiempos muy recientes, pero con cada vez más fuerza debido a la influencia occidental. Sin rastro alguno de cristianismo, la parte importada es la que se refiere al consumo: se engalanan calles y casas, se hacen regalos y las familias y amigos se juntan.

En Japón (con un escasísimo 1 por ciento de cristianos), tampoco hay vestigios religiosos en la celebración navideña, pero igualmente se celebra con las tradicionales decoraciones, muñecos de Papá Noel y cenas de pareja en Nochebuena.

Aparte de la Navidad en sí misma, los japoneses se toman el mes de diciembre como el momento de saldar cuentas con su vida y, aprovechando el año que llega, renovar lo que no se quiere (desde ropas a enseres) y empezar de nuevo. La Nochevieja se llama Omisoka y ese día se acostumbra a limpiar la casa. Después de la cena los nipones acuden a los templos a escuchar 108 campanadas que representan los 108 defectos de las personas, una tradición que, supuestamente, ayuda a expulsarlos.






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