La visión holística de la realidad

Hasta ahora todos mis artículos en este periódico han versado sobre el mismo tema. Probablemente el lector lego en estos temas o desinteresado por ellos piense, si los lee algo, que son carentes de versatilidad, como si fueran un disco rayado, por más que se quieran examinar desde distintos ángulos. ¡Pero claro!, es que para los que ya hemos visto y analizado suficientes y variados temas a lo largo de nuestra dilatada vida, o al menos así lo creemos, lo único que nos queda y nos parece más provechoso que ninguna otra cosa, es, no este tema como un tema más del variopinto paisaje de la vida o de la cultura, sino la profundización en esta visión, que de una forma holística contiene en sí misma, la potencialidad de la comprensión de todos los demás temas posibles. La investigación holística de la realidad está hoy día ganando cada vez más terreno a las distintas formas epistemológicas de la ciencia. No se trata de un nuevo método epistémico, sino de una visión global del todo principalmente y primeramente, para luego desde ese conocimiento, descubrir las partes que lo integran. Subjetivamente tiene mucho más que ver con la actitud interior misma del investigador, que con el simple razonamiento. Aristóteles ya fue el primero en darse cuenta de que el todo es mucho más que la suma de las partes, y desde su época hasta la nuestra han existido diversas corrientes que han aplicado este magistral principio a distintas cosas, pero ninguna como la actual aplicación a la investigación científica de la realidad profunda. Véase sino un pequeño fragmento del artículo publicado en la revista internacional Magisterio, por Jacqueline Hurtado en Bogotá: "Cada vez más teóricos e investigadores coinciden en la idea de que el Universo es una totalidad y que todo en él está íntimamente relacionado. Esta afirmación se basa, entre otras cosas en los descubrimientos de la Física Cuántica. Al respecto Capra (1992) expresa que la interconexión universal de las cosas y de los sucesos parece ser un rasgo fundamental de la realidad atómica. Boham (c.p. Capra 1992) confirma esto al decir, en relación a la física cuántica: "Uno llega a un nuevo concepto de inquebrantable totalidad, que niega la idea clásica del mundo en partes existentes por separado e independientes". Ante esta nueva y a la vez antigua perspectiva, pues la ciencia no ha hecho más que redescubrir el antiguo método meditativo, como forma de conocimiento no dualístico de la realidad aparente sujeto-objeto, que duda cabe que si cada uno de nosotros al menos, nos condujéramos mejor, si fortaleciéramos y ampliáramos nuestra propia consciencia de interdependencia real, para así estar en armonía con el verdadero Orden Universal, en vez de empecinarse en la confrontación con nosotros mismos y los demás, la vida otra cosa muy distinta seria... ¡Pero claro! desde el "orden subjetivo y racionalista" siempre surgirá la duda: ¿y si la interdependencia universal de las partículas en la física cuántica, no es extrapolable a la vida entre los seres humanos? Yo personalmente, y sin dudas, me quedo con el Gran Orden Universal, del que me veo parte y que es perfectamente compatible con el humano. Sin embargo, la gran dificultad para dar este gran salto cuántico ha sido siempre que el ser humano, en general, no se fía de lo que siente en su interna profundidad de la conciencia y ni siquiera hace introspección de si mismo, solo se fía de lo externo y objetivo, sin darse cuenta que esa es solo una realidad fenoménica aparente y que, aunque también existe, y es perfectamente válida y necesaria para la vida normal. No es la verdadera que rige todo el Orden Universal, por lo que aunque conquiste el mundo entero o llegue a las más altas cumbres del saber o del poder humano, nunca podrá descansar del todo y ser feliz en esta vida, pues evidentemente, si solo se vive el propio orden de cada uno, o sea de su propio ego, la confrontación siempre estará servida. Extrapolando todo esto a la vida socio-política ¡ Qué cantidad de ejemplos!