El talento de la universidad, 
al servicio del automovilismo

photo_camera Prototipo de la UPV participante en una de las ediciones de Fórmula Student (INDIAN NAVY)

Alumnos de varios centros de España diseñan monoplazas de competición de última tecnología

Diseñar un monoplaza de competición de última tecnología no tiene que ser nada fácil, pero desde hace dos años varias decenas de alumnos de la Universidad Carlos III se han propuesto conseguirlo y, a día de hoy, alcanzar su objetivo -participar en la Formula Student- está más cerca que nunca. Dos años de duro trabajo en los que una idea que surgió "como una forma de hacer algo más allá de lo que se aprende en las clases" se ha convertido en todo un equipo de competición por el que ya han pasado alrededor de 80 estudiantes de diversas materias, como explica Daniel Gómez Lendinez, cofundador del equipo y doctorando en el Departamento de Ingeniería Técnica y Fluidos de la Carlos III.

"Nos juntamos y nos planteamos por qué esta universidad no iba participar en la competición Formula Student", confiesa Gómez, quien agradece el apoyo prestado por los profesores del centro universitario. Daniel García-Pozuelo Ramos, profesor titular del Departamento de Ingeniería Mecánica de la universidad, se interesó desde el primer momento por el proyecto y actualmente se encarga de orientar a los cerca de 50 estudiantes que conforman el grupo.



22 años de edad media

La juventud es uno de sus mejores valores, puesto que la edad media de este grupo ronda los 22 años, como confirma Luis Santos, estudiante de cuarto curso de Ingeniería Industrial y Team Leader de la escuadra, quien reconoce que "más que un equipo, es una familia". Dicha "familia" tiene ya realizado gran parte del trabajo para participar en la Formula Student, una competición de motor a la que concurren universidades de todo el mundo, sin embargo solo falta una cosa.

"Nos queda el empujoncito final", comenta el profesor García-Pozuelo, a quien rápidamente completa Gómez, quien confiesa que de recursos humanos "van sobrados", debido al gran interés que ha suscitado el proyecto en la comunidad universitaria, mientras que el talón de Aquiles son "los recursos económicos", necesarios como para cualquier otro proyecto.

Los monoplazas participantes son algo más pequeños que los Fórmula 1 y menos potentes, pero muy ágiles y rápidos en las curvas, mientras que el propósito de la competición no es otro que dilucidar quién es capaz de construir el mejor coche en materias como velocidad, resistencia, fiabilidad o aceleración. El límite estipulado por la organización de esta competición son 20.000 euros, con los que los alumnos han de poder diseñar y fabricar el monoplaza que posteriormente representará a cada universidad en el certamen.

La intención del equipo de la Carlos III es participar en la edición del próximo mes de agosto de 2015, que se celebrará en el Circuito de Montmeló (Barcelona), pero para llegar hasta allí es necesario ese impulso final, que no ha de ser obligatoriamente económico y que hará posible que el coche salte "de la pantalla del ordenador a la pista", según explica Santos. "Uno de los objetivos de la competición es que tienes que fabricar el coche con financiación externa. Buscas y te pueden dar dinero o piezas a cambio de que les hagamos publicidad en un escenario como la Formula Student", reconoce Gómez, quien anima a posibles inversores a formar parte del proyecto.

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