Cuando Irene Dondlinger vio lo que estaba pasando, no dudó ni un momento. La mujer, de 54 años, vio cómo un puma se coló en su jardín trasero y atacó a su perrito, un shnauzer llamado Pumba. Al ver lo que ocurría, Dondlinger se lanzó hacia el felino en un ataque de desesperación por salvar a su mascota.
Según recoge The Guardian, la mujer golpeó al puma, saltó sobre él y llegó a presionar su rodilla contra la garganta del animal, pero no logró que este soltara a su presa. "Daba igual lo que hiciese, no logré abrir la mandíbula del puma", relata al rotativo británico.
"No he tenido hijos, así que Pumba era mi bebé, pero no pude salvarle", recuerda Dondlinger, que sufrió este ataque hace unos días, el 5 de diciembre, en su casa de California (EEUU). Para la mujer, la pelea se saldó con unos cuantos moratones: dice que el puma no le prestó ninguna atención, solo centrado en Pumba, y que apenas le gruñó una vez hubo acabado.
A pesar del dolor por la muerte de su mascota, que había pasado más de diez años a su lado, Dondlinger no quiere que nada malo le pase al puma. "Matarle no devolverá la vida a Pumba, y además los humanos seguimos expulsando a los pumas fuera de su habitat, y construimos casas en su territorio. Ellos tienen derechos a estar aquí también", añade.
