Los alumnos de la Universidad Popular de Ourense (UPO) han hecho un llamamiento para reivindicar su situación en las calles de Ourense el próximo miércoles 30 de junio. El encuentro se ha fijado en la Plaza Mayor a las 19:30 horas.
Los alumnos denuncian la "parálisis absoluta" por parte del Gobierno local, al no estar convocadas las bases, ni ser pública la convocatoria. Afirman que el proceso de selección del profesorado -que ha de llevase a cabo por concurso público- aún no se ha iniciado y que tampoco se han seleccionado los proyectos formativos, ni se ha programado el próximo curso académico. La UPO está a punto de perder los espacios que son indispensables para la formación: las aulas y el edificio anexo.
Según informan fuentes internas, en estas fechas del año, en cursos anteriores, todas estas acciones estaban ya cerradas.
Hace ya más de un mes que el alcalde de la capital, Gonzalo Pérez Jácome, anunciaba que se estaban estudiando diversas alternativas para el funcionamiento futuro de este servicio: se dio a conocer la noticia de que la UPO pasaría de la gestión municipal a manos de la Diputación, presidida por Manuel Baltar. En principio está transferencia se llevaría a cabo el próximo año.
¿Y qué tenemos hoy? Pues la baja de la UPO en la Federación, con fecha del 12 de abril, y todos los procesos descritos bloqueados.
Los convocantes de la manifestación advierten que se presentarán en el Pleno Extraordinario que se celebrará en la capital para exigir la continuidad de la universidad Popular de Ourense y afirman que son 3,800 las personas que piden firmemente que la UPO continúe.
Se estima que, además del valor educacional y cultural de la entidad, la Universidad Popular atrae a más de 3.000 alumnos al año.
La manifestación promete "recorrer las calles de la ciudad, mostrando a todo el mundo qué es la UPO, cuál es su valor y por qué no debe ser desmantelada". Los convocantes expresan sus críticas -"Sin aulas no hay UPO, sin bases no hay UPO, sin proyectos y convocatoria pública no hay UPO..."- y hacen un llamamiento a todos los ourensanos, para luchar contra una decisión errónea y que mina los recursos de la ciudad.
