Los empresarios consideran que el problema se resolvería con un vertedero para toda la comarca.
Los constructores de Valdeorras deben viajar hasta Monforte para desprenderse de los residuos de obra. En el caso barquense, la inexistencia de un vertedero en la comarca obliga a transportar los desechos los 70 kilómetros que separan O Barco de la capital de Lemos. "Llevamos mucho tiempo solicitando una solución y esta deberá adoptarse a nivel comarcal", comentó el presidente de la Asociación Empresarial de Valdeorras (AEVA) y también perteneciente al sector de la construcción, Javier Rodríguez Paradelo.
Fueron varias las ocasiones en las que los empresarios pusieron esta necesidad sobre la mesa de la Administración local, pero todas fueron en vano. "Hay pocos escombros y no es rentable para una empresa", añadió el presidente de AEVA. Finalizó planteando que la solución debería llegar de la mano de un gestor público.
Los constructores de O Barco tienen resuelto el problema para las pequeñas y medianas obras. Llevan las primeras, inferiores a cuatro capazos de escombros, van al Punto Limpio, en tanto que las de una entidad mayor son recogidas en Viloira. Una empresa, Excavaciones Afreijo, llegó a un acuerdo con el Concello para colocar contenedores para estos desechos. Eso sí, los contratistas deberán pagar los costes del reciclaje y los portes hasta Monforte.
El problema son los escombros de obras de cierta envergadura, como cuando se derriba una casa. El alcalde barquense, Alfredo García Rodríguez, expuso que el Concello intentó encontrar la fórmula para construir el vertedero en varias ocasiones. Sin embargo, siempre se topó con el elevado coste de gestionar un vertedero de estas características. "No hay forma de mantenerlo. La Administración no lo hace y así es imposible. No hay volumen de residuos de obra suficiente", añadió. Mientras esta solución no llega, siguen surgiendo vertederos incontrolados.
