Los empresarios de O Barco reclaman medidas ante la ola de robos

Luna destrozada por un ladrón en un establecimiento comercial de O Barco.
photo_camera Luna destrozada por un ladrón en un establecimiento comercial de O Barco.
Solicitan que haya mayor presencia policial en O Barco, tanto de Policía Local como de Guardia Civil

Los empresarios de O Barco comienzan a estar hartos de la oleada de robos que vive la villa. Así lo apuntó la Asociación Empresarial de Valdeorras (Aeva), que preside Araceli Fernández, después de informar a la Policía Local y a la Guardia Civil “que comerciantes y vecinos se sienten muy inseguros y que estas circunstancias se están alargando mucho en el tiempo”, por lo que solicitan un reforzamiento de la presencia policial y la adopción de medidas efectivas para acabar con la “inseguridad sufrida en la zona”.

Los empresarios son conscientes de que los robos a establecimientos no conllevan unas consecuencias graves en cuanto al botín económico, pues suele reducirse a algunos euros guardados en la caja registradora para el cambio, pero también indican que estos asaltos ocasionan grandes daños, tanto en los escaparates como en el interior de los locales.

El tiempo que requiere el arreglo de los daños ocasionados por los ladrones en los negocios también genera una gran intranquilidad entre sus porpietarios, quienes temen que los locales vuelvan a ser visitados por los ladrones y “porque afectan al desarrollo normal de la actividad empresarial mientras no se procede a la reparación”.

El alcalde de O Barco, Alfredo García, comentó, refiriéndose a esta oleada de robos, que “son hechos muy puntuales” y resaltó la labor de la Policía Local, cuyos agentes “los están esclareciendo y cogiendo de forma inmediata”. El regidor añadió que poner fin a este problema “es complicado” y añadió que “la seguridad absoluta no existe”, lo cual no le impidió considerar que “O Barco es una villa segura”.

Últimamente, fueron visitados por los ladrones una pastelería, dos clínicas veterinarias, un bazar chino, una lavandería y un bar. Su última visita fue una farmacia, frustrando el robo los vecinos.

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