VALDEORRAS

El fuego arrasó una nave llena de castañas en Rubiá

photo_camera Un bombero trabaja en medio de los hierros retorcidos, escombros y maquinaria quemada del interior de la nave

Las llamas destruyeron su interior y los daños fueron estimados en casi dos millones de euros

La nave de Castañas Rafael SL, en A Tapada (Rubiá) solo conserva ya sus paredes exteriores. El fuego declarado en la madrugada de ayer destruyó todo lo que había dentro, desde la maquinaria y el material de oficina hasta las aproximadamente 15 toneladas de castaña seca, almacenada para su venta. El gerente de la comercializadora, Juan Fernández, en una valoración muy inicial, comentó que el valor de los destrozos podrían aproximarse a los dos millones de euros.

Esos daños y las elevadas temperaturas que soportaron los bomberos son las únicas realidades conocidas. Las confirmaron el Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de O Barco y el Consorcio contra Incendios de Valdeorras, que fueron apoyados por la Guardia Civil, que cortó la carretera que comunica la N-120 con el pueblo de A Veiga de Cascallá para facilitar las labores de extinción.

Todo lo demás son hipótesis. No se conoce la hora exacta de inicio del fuego, cuya existencia anunció al teléfono 112 de Emerxencias de Galicia un conductor que circulaba por la N-120. Era la una de la madrugada del domingo, pero cuando llegaron los bomberos y los responsables de la empresa, el techo de la nave ya se había desplomado. Juan Fernández señaló la posibilidad de que las llamas pudieran haber comenzado una hora antes. "Cuando llegamos era imposible entrar", dijo.

Las causas también son una incógnita, si bien todos apuntan hacia un cortocircuito como la más probable.

En todo caso, los bomberos trabajaron a destajo desde su llegada. Dedicaron la jornada de ayer a apagar las llamas, logrando evitar que afectasen a la maquinaria del exterior de la nave, y posteriormente a desescombrar.

El fuego se produjo apenas 10 días después de que finalizase la campaña de la castaña, en la que trabajaron medio centenar de personas.

Todos los años, al rematar la temporada, la empresa aguarda a la próxima campaña para volver a contratar personal. Esta vez no será igual y Castañas Rafael deberá apurar la apertura de la nave que construyó a 100 metros de la siniestrada pero que carece de maquinaria, para tenerla lista el próximo otoño.

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