Cerraduras inutilizadas con pipas, globos con excrementos arrojados a las terrazas, pintadas en las paredes, balonazos o insultos contra la 'xente maior'. Éstas son algunas de las acciones que, según fuentes vecinales, motivaron la denuncia presentada ante la Guardia Civil de A Rúa contra un grupo de adolescentes, con edades comprendidas entre los 10 y los 14 años.
La denuncia obligó a visitar las oficinas del cuartel a un buen número de vecinos, que acudieron para testificar acerca de los hechos registrados en los últimos días. Los afectados afirman estar dispuestos a frenar la situación, acudiendo a la Fiscalía de Menores si es preciso. 'La sensación es de impotencia total', comentó uno de ellos.
También criticó la actitud 'pasiva' de los padres de los menores, quienes, a su vez, reprochan la 'intransixencia' de los residentes.
Un portavoz de los vecinos explicó que las gamberradas cometidas en los edificios de la Praza José Antonio Míguez Freire, en pleno centro de la villa ruesa, comenzaron hace un par de años. Cuando José Vicente Solarat ocupaba la Alcaldía intentó poner freno al problema colocando un bando en el que 'rogaba' no jugar con balones en la plaza.
Fue necesario esperar hasta el pasado mes de marzo para que la ordenanza municipal de Convivencia, aprobada por una Corporación que ya presidía Luis Fernández Gudiña, permitiese sustituir la súplica por el tono imperativo. Ahora, los carteles indican que 'no se permiten' los juegos que puedan dañar los edificios. Sin embargo la denuncia parece indicar que el problema lejos de estar resuelto se agravó.
El alcalde de A Rúa afirmó ayer no haber recibido ninguna queja formal en el Consistorio por las acciones de los adolescentes. Eso sí, confirmó que algunos padres acudieron a él para interesarse por el problema. El regidor aboga por el diálogo para resolver el conflicto.
También criticó la actitud 'pasiva' de los padres de los menores, quienes, a su vez, reprochan la 'intransixencia' de los residentes.
Un portavoz de los vecinos explicó que las gamberradas cometidas en los edificios de la Praza José Antonio Míguez Freire, en pleno centro de la villa ruesa, comenzaron hace un par de años. Cuando José Vicente Solarat ocupaba la Alcaldía intentó poner freno al problema colocando un bando en el que 'rogaba' no jugar con balones en la plaza.
Fue necesario esperar hasta el pasado mes de marzo para que la ordenanza municipal de Convivencia, aprobada por una Corporación que ya presidía Luis Fernández Gudiña, permitiese sustituir la súplica por el tono imperativo. Ahora, los carteles indican que 'no se permiten' los juegos que puedan dañar los edificios. Sin embargo la denuncia parece indicar que el problema lejos de estar resuelto se agravó.
El alcalde de A Rúa afirmó ayer no haber recibido ninguna queja formal en el Consistorio por las acciones de los adolescentes. Eso sí, confirmó que algunos padres acudieron a él para interesarse por el problema. El regidor aboga por el diálogo para resolver el conflicto.
