La labor diplomática que realiza José Luis Martínez le llevó a recorrer medio mundo. Estuvo en África, Bruselas, Nicaragua y Ecuador antes de recalar en Costa Rica, país que dejará en 2015 para regresar a Europa. Su espíritu viajero no le impide regresar a su villa natal tres veces a O Barco, aquí tiene a su madre y también sus raíces. Aficionado al deporte, disfruta andando en bicicleta, corriendo o jugando al tenis. También gusta de descubrir cosas nuevas, como restaurantes. "En O Barco los hay buenísimos", afirmó.
Después de residir en tantos países, ¿dónde puede decir aquí está mi casa?
Yo mismo me hago esa pregunta: ¿Dónde te sientes en casa? Uno se siente en casa donde tiene familia, amigos o un entorno social que le gusta. Siendo parte de un servicio exterior es un poco difícil echar raíces. Nunca olvidé donde nací: O Barco. Mi madre vive aquí y eso me permite venir frecuentemente a visitarla. Todos los que llevamos vida de diplomático, en algún momento nos hacemos esa pregunta.
¿Qué imagen tiene Latinoamérica de la Unión Europea?
La Unión Europea se proyecta como una de las potencias económicas mundiales. Es la más importante del mundo, con más de 500 millones de habitantes y consumidores. Esa imagen se aprecia en el exterior. Es un socio económico importante, con el que todo el mundo quiere tener relaciones, pero no sólo económicas. Somos también un cierto modelo de bienestar, a pesar de que somos el continente más antiguo. Mostramos unos valores importantes en un área de Latinoamérica, en la que la clase media crece. El modelo social de Europa es muy bien visto. Hay otras potencias: China o Estados Unidos, pero queremos una sociedad más equitativa, en la que los más vulnerables encuentran cierta seguridad.
¿España sigue siendo la madre patria?
Sí, sigue siendo la madre patria, aunque quizás en un sentido un poco diferente. En Latinoamérica, cuando se enteran de que soy español, muchos dicen que su abuelo es de tal sitio o de aquel otro. Hoy también se mira a otros mercados, como Estados Unidos, pero España sigue siendo un punto de referencia muy importante.
¿Desde su delegación, mantiene contactos con emigrantes gallegos y españoles?
Con emigrantes de España sí. En Costa Rica no hay Casa de Galicia, hay un Club Español. Nosotros coordinamos toda la política de la Unión Europea que, entre otras labores, coordina a los estados miembros en asuntos que son mandatos que le dieron. Por ejemplo, a nivel comercial, negocia y firma los acuerdos comerciales con otros países, pero también en materia de derechos humanos, cambio climático o medio ambiente. Los estados miembros se reservan la decisión final, pero todo el trabajo recae en la UE.
¿A quién favorece la balanza comercial de la Unión Europea con Costa Rica?
Costa Rica es un país que se transformó en los últimos años. Supo pasar de ser un exportador de café, banano, piña y otros productos agrícolas a exportar microchips. Allí produce Intel. También vende alta tecnología, elementos electrónicos o medicinas. Es un país pequeño, de 4,5 millones de habitantes, que supo transformar su economía y no depender únicamente de la agricultura. Hoy es el mayor exportador de piña hacia Europa. España es el mayor inversor. Hay muchísimas inversiones españolas, sobre todo en turismo. Hace poco, firmamos un acuerdo de asociación que implica un acuerdo de libre comercio entre Centroamérica y Europa. Establecimos una base jurídica, que permite invertir a las empresas.
¿Se encuentran productos gallegos en Costa Rica?
Galicia todavía es una asignatura pendiente. Hay vino español, quesos o embutidos. Se pueden encontrar muchos productos españoles, pero de Galicia no tantos. Me gustaría muchísimo comprar un buen godello en Costa Rica pero no puedo, eso aún es imposible. ¡Qué pena! ¡Que me avisen! Esa es una de nuestras funciones: promocionar el comercio y cualquier bodega que tenga interés que contacte conmigo. Yo estaré encantado de ayudar.
