El Diario Oficial de Galicia publicará en los próximos días la designación del concejal independiente José Vicente Solarat López como presidente del Consello Regulador de Valdeorras.
El Diario Oficial de Galicia publicará en los próximos días la designación del concejal independiente José Vicente Solarat López como presidente del Consello Regulador de Valdeorras. A la espera de que una exconcejala de su grupo municipal y ahora presidenta de este organismo, Isabel García Díaz, le ceda el cargo, Solarat López adelantó algunas propuestas. Destacan la promoción de los caldos y la mejora de su calidad, así como un mayor aprovechamiento de las posibilidades turísticas del sector vitivinícola.
¿Cuáles son sus planes?
Manejo unas ideas, que expondré en la primera oportunidad que tenga para reunirme con los vocales. El Consello Regulador persigue que el producto final, ese líquido tan maravilloso que elaboramos, tenga la mayor calidad, divulgacion, degustación y venta. Pero también observo que alrededor del vino hay mucho más: un patrimonio histórico, con bodegas que consiguieron restaurar entornos que se estaban perdiendo. También hay un patrimonio etnográfico y otro medioambiental, pues sería difícil entender el paisaje de Valdeorras sin los viticultores. Además, está la cultura del vino, con sus apartados gastronómico y el lúdico-festivo. Creo que las Administraciones todavía no han tenido en cuenta el esfuerzo de quienes cultivan las viñas. Gran parte de los productores son jubilados, gente que está inactiva y que en ocasiones genera problemas incluso fiscales para quienes cobran una pensión pequeña y venden el vino. Hay que estudiar este problema. Lo mismo puede suceder en la época de la vendimia, con la incorporación de los vendimiadores.
¿Baraja ya alguna propuesta concreta?
Hay que aportar cuatro o cinco cosas que he visto desde fuera y que quiero transmitir, siempre desde el punto de vista de un cliente que se da cuenta de que, gracias a esta cultura y a esta actividad, tenemos un entorno magnífico y un patrimonio histórico-artístico que es desconocido fuera del ámbito valdeorrés. ¡Para qué hablar de las covas de Vilamartín! Aquí, todo el mundo tiene un amigo con una cova. Se trata de hacer ver todo eso. Independientemente de contribuir a que todo este esfuerzo logre lo principal, impulsar una trascendencia económica como la que ya tiene. Hay una parte interna, que trascenderá menos: la de dirección, y otra parte que es lo que todo el mundo puede ver que hace el Consello, desde campañas de publicidad, ferias o acontecimientos. Espero que una mezcla de todo esto dé como resultado que seamos mucho más conocidos y, por ende, mucho más valorados.
¿El vino de Valdeorras sigue siendo el gran desconocido?
Eso lo puede observar todo el mundo. Cuando viajas a Vigo, León, Madrid, ves que todavía no caló lo suficiente, a pesar del esfuerzo que se lleva hecho. Sí es cierto que quienes nos conocen dicen, con absoluta sinceridad, que probablemente tengamos los mejores blancos del mundo. Lo he oído de la gente que sí nos conoce y nos valora, aunque a lo mejor hay que empezar a conseguir que nos conozcan mejor por aquí cerca que muy lejos. No sé. Son propuestas. Primero tengo que escuchar y, repito, tengo el ánimo de entrar con ilusión, sin prejuicios y con vocación de transitoriedad. Uno de los motivos que me animó a aceptar es que esto es transitorio. Como dura poco más de un año, pues se prueba. Un año pasa enseguida y después... Dios dirá.
¿Qué se siente al recibir el apoyo casi unánime del sector y de los alcaldes?
Sientes angustia por la responsabilidad del nuevo reto y me recuerda a cuando tomé posesión como director xeral de Patrimonio Histórico-Artístico, hace 25 años. Fue una situación parecida. Al final no fue nadie y acabé yo. Cuando llegué me dije: "¿Qué hago aquí, yo que distingo el gótico del románico porque tuve la fortuna de estudiar un poco?", perdido en este mundo. Esa angustia te dura los dos primeros días. Me animo sabiendo que aquella etapa salió bien. Fue transitoria. La sensación es agridulce, pues uno valora el consenso pero analiza la responsabilidad. Por eso digo que mi cargo está a disposición permanente.
Un sector de los vocales se quejó de falta de transparencia ¿Cuál será su actitud?
Desconozco la situación. El Consello Regulador tiene su tutela externa. Es un organismo tutelado en cierta manera por la Xunta. Vengo de una Corporación municipal, que es una de las instituciones más transparentes del mundo. Es difícil encontrar una situación como la del Concello de A Rúa, donde todo el mundo va al pleno y también quiere ver las cuentas. Sé que en el Consello Regulador no hay nada que esconder. No tendré inconveniente en facilitar cualquier dato a todos los miembros.
