Desafiando al viento y a la lluvia del temporal que vive Ourense durante el fin de semana, Vilamartín de Valdeorras centró este sábado la celebración del tradicional magosto. Muchos pueblos del municipio coincidían ayer en la costumbre de asar las castañas. Desde primera hora los preparativos inundaban las casas particulares, porque todos ellos, siguiendo la tradición, se acompañan siempre de buenos acompañamientos en forma de empanada, bollos preñados, buenos postres y buen vino.
Los vecinos del pueblo de San Vicente de Leira eran los más madrugadores. Su magosto, al mediodía, “porque compartimos bombo para asalas” y todo tiene que quedar listo. Unos cincuenta vecinos se reunían alrededor de la mesa para disfrutar de una buena comida en compañía, degustando una buena sopa, chorizos, empanada y de postre bica y licores. Ya por la tarde el pueblo de Cernego también celebraba su particular fiesta, y tras él, era el turno de Córgomo. Las Mulleres Rurais comenzaban su magosto en la Casa do Pobo con un menú muy parecido al de sus vecinos en el que además de las castañas no faltó el vino ni los dulces.
Por otra parte, la asociación Sabugueiro de A Rúa celebró su particular Samaín este sábado por las calles de A Rúa Vella. Los participantes en el pase infantil, portaban un mapa con el recorrido terrorífico a seguir, pasando por bajos acondicionados por los propios vecinos, cuyo final terminaba en chocolatada. Los pequeños participantes, que ascendían a 277 apuntados a la actividad, pelearon con la lluvia y el viento.
