La plaga de la procesionaria alarma a los dueños de perros

photo_camera La aparición de nidos de procesionaria ha causado alarma entre los dueños de los perros de Valdeorras.
Las elevadas temperaturas adelantaron la aparición de los nidos en numerosos árboles de O Barco

El calentamiento global está detrás de la aparición de nidos de procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) en los pinares de O Barco de Valdeorras, pero también en los cedros de un lugar tan frecuentado como el jardín botánico del Paseo do Malecón. Su presencia despertó alarma entre los muchos dueños de mascotas que frecuentan este lugar con sus perros, pero también peocupa en la Concejalía de Medio Ambiente.

Diana Urdangaray Díaz, concejala de Medio Ambiente, confirmó la presencia de esta plaga, que atribuyó al cambio climático y si otros años los nidos no se veían hasta marzo o abril, ahora comienzan a ser visibles en los árboles. Si bien, las orugas de esta especie aún no descendieron de los árboles al piso para formar la conocida hilera de orugas, la titular de la Concejalía explicó que convocará una comisión informativa para analizar el avance de esta plaga y la forma de combatirla.

El año pasado, esta Concejalía optó por colocar trampas físicas en los árboles. Diana Urdangaray optó por este método en lugar de la utilización de productos fitosanitarios debido a la cercanía del río Sil, a cuyas aguas podrían filtrarse los tratamientos, y también de un parque infantil. Pero los resultados de estas trampas distaron mucho de ser los perseguidos. Basadas en la colocación de cintas rodeando el tronco para conducir a las larvas hacia los recipientes colocados para recogerlas, de los cuales no pueden escapar, con el tiempo aquellas se despegaron impidiendo su captura. “Se se despega baixa ao chan”, explicó la edil.

Ante estos problemas, la concejala llevará a la Comisión informativa la posibilidad de buscar otro método de combate de una plaga que también puede eliminarse utilizando sustancias que atraen a las orugas a los recipientes de los que no pueden escapar.

La procesionaria es una plaga terrible para los perros, como explicó el veterinario de la barquense Clínica Arume, Manuel Fernández López. Explicó que el daño que causa en los animales procede de una sustancia, la histamina de una ampolla que tiene el pelo urticante de estas orugas.

Su roce con la piel del perro suele provocar reacciones locales, siendo las más frecuentes la muerte de las células de su lengua, aunque también puede afectar a los ojos, al esófago o al estómago. En caso de que una mascota sufra las consecuencias de un encuentro con la procesionaria, su dueño deberá limpiar la zona dañada con agua tibia, y sin frotarla, llevar inmediatamente al animal a un veterinario para su examen.

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