La malla metálica del porche de piedra levantado en el atrio del santuario de As Ermidas (O Bolo), construido en el siglo XVII, desaparecerá en un breve plazo de tiempo. La Administración acometerá su arreglo después de que las grietas detectadas en la construcción obligasen a colocar un cierre para evitar cualquier riesgo de accidente.
La actuación se regirá por las directrices del plan director que la Consellería de Cultura redactó en 2015 para rehabilitar el santuario valdeorrés. El proyecto de mejora de este porche contempla la reapertura de las siete ventanas que tenía y la colocación de vidrio para proteger el interior. La inversión fue cuantificada en más de 90.000 euros, según pudo saber este diario.
El número siete no fue utilizado únicamente al diseñar las ventanas. Juega un papel muy importante en el santuario y recuerda las siete ermitas que, según la tradición, existían en la zona a finales del siglo VII: San Roque, San Mauro, San Salvador, San Vicente, San Juan de Sebana, Santa Engracia y Santa Sabina, según explicó José Vega Martínez, presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de As Ermidas y quien actualmente ejerce voluntariamente de guía de los grupos de visitantes.
A principios del siglo siguiente, el VIII, un artesano talló la imagen de 58 centímetros de la Virgen que, según la tradición, encontrarían unos pastores en el siglo XIII.
El siete se repite en el interior del templo, donde fueron habilitados otros tantos altares, datados en el siglo XVII. Finalmente, el santuario iba a tener siete representaciones, pero la Francesada propició que se quedasen en solo dos.
